Argentina ganó un partidazo ante Colombia, por las semifinales del Mundial Sub 20 y, con un gran gol de Mateo Silvetti, logró el pasaje para la final del domingo contra Marruecos.
Habían prometido los jugadores de Colombia que para este partido iban a "dejar la vida", que iba a ser "una batalla" y que tenían sed de "revancha" contra la celeste y blanca. Y así salieron desde el arranque. A pura potencia, presionaron, marcaron, metieron y empujaron a los nuestros contra el arco de Santino Barbi.
Fueron diez minutos de agobio para el equipo de Diego Placente, que había salido con línea de cinco y aún así no podía controlar a un rival hambriento. Sin embargo, la tormenta pasó. Argentina pudo acomodarse y armar su primera jugada. Centro de Dylan Gorosito, Alejo Sarco la bajó de cabeza y Acuña no llegó a rematar con comodidad. Era gol si la agarraba bien.
Y era un aviso de que, jugando a lo que saben hacer, podían revertir los embates de un rival durísimo.
Promediando la primera parte, Gianluca Prestianni, la gran figura del partido, empezó a desequilibrar. Con su gambeta, su picardía y su característica velocidad con la pelota dominada, el número 20 le encontró la vuelta a la férrea marca cafetera.
Fue un partido de detalles en el que ambos tuvieron jugadas muy claras para ganarlo, ambos pelearon con lealtad y corrieron hasta el último minuto. Para ganarlo había que dar un plus.
En Colombia se destacaba la potencia y gambeta de su delantero Joel Canchimbo, que apilaba defensores con una gran facilidad. Solo el oficio de los grandes centrales argentinos lograba pararlo. Hasta que, por un golpe casual, el delantero tuvo que salir. Se cayó solo y tuvieron que sacarlo en camilla, llorando. En su lugar entró John Rentería, jugador de Sarmiento de Junín.
Pero su salida no hizo las cosas más fáciles, ya que por la izquierda el que rompía era Arizala, que tuvo la más clara para los de amarillo. Recuperó en la mitad de cancha, tiró una pared y remató desde afuera. El tiro pasó muy cerca y el estadio, plagado de chilenos y colombianos, gritó: "Uhhh".
Placente vio a su equipo sufrir en el arranque y en el final de la primera parte, es por eso que para la segunda modificó el esquema. A la cancha Mateo Silvetti por Ian Subiabre y Tobias Andrada por Valentino Acuña. Dos delanteros arriba y cuatro volantes en el medio. Rápidamente dio resultados el cambio: gran pase de Prestianni para el delantero del Inter Miami, que no la agarró bien y su tiro se fue desviado.
Argentina estaba mejor plantado en ataque, pero algo menos protegido en defensa y se exponía a los ataques de un rival rápido y atento.
Emilio Aristizábal, el hijo del mítico goleador cafetero, se escapó solito para el gol, y cuando parecía que todo estaba perdido llegó Villalaba. De los mejores defensores del torneo, el 6 aceleró a fondo para alcanzar al delantero enemigo y se lanzó al suelo para tapar su remate. Tremendo corte, de un futbolista con enorme futuro.
Colombia volvía a tener el dominio y en los de celeste y blanco era el momento de Barbi. El arquero que comenzó con dudas el Mundial, demostró nuevamente porqué es dueño del arco de este equipo. Un show de atajadas, una más increíble que la otra. Era momento de pelear y agarrarse fuerte para soportar los ataques del rival.
Aunque, claro, cuando recuperaba la pelota, Argentina también lastimaba y el juego iba de un arco al otro. Parejo, muy parejo estaba todo y entonces llegó una jugada clave. En un esquina, Rentería presionó. Villalba la aguantó de espaldas y el delantero y el defensor terminaron revoleando golpes para todos lados. El árbitro, lo resolvió con una amarilla para cada uno.
Si Arizala estaba imparable en Colombia, Prestianni tampoco podía ser controlado por los defensores amarillos. El picante volante del Benfica se escapó por izquierda, la jugó para Silvetti, que definó demasiado fuerte. La pelota se fue alta, pero el goleador ya no volvería a fallar.
Un rato después el número 20 la tomó por izquierda nuevamente, aceleró en diagonal hacia el centro y lo dejó mano a mano a Silvetti, con una asistencia exquisita. Esta vez sí, esta vez el tiro del delantero fue perfecto y se fue a gritar con todo el equipo. Golazo de Argentina.
Quedaban poco más de 15 minutos y pasó de todo. Prestianni desbordó por todos lados, Colombia trató de reaccionar y en medio de su nerviosismo, Rentería se llevó la segunda amarilla. Tarjeta roja, inapelable y el atacante se iba llorando a mirarlo desde afuera.
En el final hubo que meter, hubo que revolear la pelota tan lejos como se pudiera y hubo que saltar a cabecear cada vez que la pelota volaba sobre el arco argentino. Alejo Sarco tuvo una chance clarísima para liquidarlo, pero su tiro se fue muy abierto.
Desesperado, el equipo de César Torres lanzó más centros y pelotazos, pero ya sin un destino claro. Y entonces llegó el final, el desahogo y el festejo de todo un plantel que peleó muchísimo para devolver a Argentina a una final de un Mundial Sub 20, tras 18 años.
La gran cita será el domingo, ante Marruecos, por la pantalla de Telefe.
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