Boca igualó 1 a 1 ante el Auckland City de Nueva Zelanda y quedó eliminado del Mundial de Clubes. Más allá de la decepcionante actuación del equipo de Russo, no hubo chances de clasificar a octavos de final del certamen por el triunfo de Benfica 1 a 0 ante Bayern Múnich, en la última fecha del Grupo C.
Lautaro Di Lollo de cabeza había abierto el marcador y Christian Gray, anotó el empate para el conjunto oceánico. S Boca, pero su desempeño fue demasiado malo como para ganarse la posibilidad de, al menos soñar, con el pase de ronda. El calor no ayudó pero los nervios, las malas decisiones y las imprecisiones hicieron que no hubiese diferencias entre uno de los mejores equipos de América y los 11 futbolistas que trabajan de otra cosa y conforman al Auckland City.
La historia empezó a complicarse, a los 5 minutos de juego, cuando el equipo de Nueva Zelanda llegó hasta el arco de Agustín Marchesín y estuvo cerca de convertir. A su vez desde Charlotte no llegaba la noticia que se necesitaba: el Benfica vencía 1 a 0 a un Bayern Múnich con varios suplentes. El partido más fácil para el Xeneize en el Mundial de Clubes ya era un infierno de calor, errores y nervios.
Mientras tanto, en el Geodis Park, Zeballos salía lesionado e ingresaba Kevin Zenón logrando una leve mejoría en los ataques, aunque los problemas no se resolvían: faltaban gambetas, pases rápidos y movilidad para romper líneas.
Con el correr de los minutos aparecieron algunos huecos en el muro con doble línea de 5 que planteó el entrenador Paul Posa y los de Russo tuvieron sus mejores minutos: Lautaro Di Lollo cabeceó un córner de Zenón y, ayudado por el arquero Garrow, se logró el 1 a 0.
Enseguida vinieron dos tiros al travesaño, primero del chileno Palacios, que sacó un fuerte remate desde afuera del área y luego el cabezazo de Miguel Merentiel, que también dejó temblando el poste horizontal. Unos minutos más tarde, el uruguayo tomó el rol de asistidor para su compatriota y compañero de ataque Edinson Cavani, que no llegó por muy poco a conectar el gran pase.
La primera parte terminó con 16 intentos al arco de Boca, pero solo 3 acertados a los tres palos, demasiado poco para un equipo que había llegado con el objetivo de hacer 6 o 7 goles.
El inicio del complemente no fue mejor. El Xeneize siguió gastando esfuerzos en pases horizontales, sin poder quebrar la nutrida defensa neozelandesa y, a los 6 minutos, el golpe de knock out: córner para el Auckland City, cabezazo del docente de una escuela secundaria Christian Gray y un inesperado empate 1 a 1.
Boca no llegó a reponerse del impacto y llegó la suspensión por la amenaza de una tormenta eléctrica. Todos al vestuario esperando un milagro en el otro partido que nunca llegó: Benfica ganó 1 a 0 y ahora quedaban 35 minutos ya sin oportunidad de seguir en la competencia.
Desmotivado, el equipo perdió creatividad, volvió a repetirse en intentos de centro, lateralizaciones eternas, gambetas fallidas y pases errados. Tampoco hubo suerte porque Merentiel anotó el 2 a 1, pero se anuló el gol por una mano previa de Kevin Zenón.
Centros y más centros, córners y más córners, pero la barrera azul fue infranqueable y, cuando las marcas no alcanzaban, aparecieron las manos del arquero Garrow.
Fue un 1 a 1 histórico para el equipo de Nueva Zelanda y un duro golpe para el equipo de Russo que había ilusionado a sus hinchas en los primeros dos partidos y mostró su peor cara en su despedida del certamen.
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