Entre los múltiples recuerdos que emergen tras la muerte de Miguel Ángel Russo, uno de los más entrañables tiene como escenario el Hospital de Niños "Víctor J. Vilela". Allí, lejos del ruido de las tribunas, el histórico entrenador se acercó en más de una oportunidad para compartir tardes con los niños.
Russo visitó el hospital en dos ocasiones: luego de salir campeón con Rosario Central y para el Día del Niño. En ambas oportunidades recorrió cada sala, conversó con los pacientes y sus familias, se sacó fotos y llevó juguetes para todos.
Daniela, integrante del servicio de voluntarias del hospital, recuerda con emoción aquellos encuentros: “Fue muy emocionante, nadie se lo va a olvidar”.
El vínculo del técnico con el Vilela no terminó allí. Según Daniela, Russo siempre estuvo en contacto con el hospital ante cada pedido de ayuda: “anónimamente siempre enviaba donaciones”.
Daniela describió a Russo como una persona "cariñosa y humilde” con los niños y sus familias. “Las mamás hasta el día de hoy siguen agradeciendo esa visita”, comentó.
Más allá de los regalos, lo que más destacan quienes lo conocieron fue su tiempo y su presencia. “Se tomaba el tiempo para hablar con los padres, consolarlos, hablar con los chicos, bromear con ellos”, relató.
“Fue una de las visitas más importantes”, afirmó. Comentó que fue muy valioso que haya visitado el hospital, sobre todo porque hay niños que permanecen meses y años internados, entre cuatro paredes y con el celular.
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