A los 71 y en vísperas de su cumpleaños -el 27- murió el director cinematográfico Eliseo Subiela, autor de obras emblemáticas como "Hombre mirando al sudeste", "El lado oscuro del corazón" y "No te mueras sin decirme adónde vas", entre muchas otras que supieron tener el aplauso tanto de la crítica como del público, incluso un par de plagios de la industria de Hollywood.
Entrenado en el mundo del cine publicitario de la década del 60, supo aportar al cine algunos títulos que sorprendieron por su audacia y su forma de abrevar en la observación del amor y la pasión, y también de la vida, que en las últimas tres décadas, lo expuso al final, que finalmente sobrevino en la madrugada de hoy.
A finales de la década del 60, y ya avanzada la Revolución Argentina, tal como se llamó al quiebre institucional encabezado por Juan Carlos Onganía, Subiela fue parte del grupo de diez cineastas que dirigieron "Argentina Mayo de 1969: Los caminos de la liberación", entre ellos Solanas, Nemesio Juárez y los desparecidos Enrique Juárez y Jorge Cedrón.
Tras ese propuesta que cosechó algunos elogios pero poco público, Subiela se dedicó a preparar su su segunda, y esta vez si, gran apuesta fuera de los cánones habituales de producción, que resultó "Hombre mirando al Sudeste", en 1986, la historia de un misterioso interno que un día aparece en el Hospital Borda y asegura ser un extraterrestre con curiosos poderes.
Tras "Hombre.." Subiela abordó "Ultimas imágenes del naufragio" (1989), "El lado oscuro del corazón" (1992), "No te mueras sin decirme adónde vas" (1995), cuando ya enfrentó sus primeros síntomas de una afección cardíaca, que en varias ocasiones lo pusieron entre la espada y la pared, "Despabílate amor" (1996), que rozó lo retro y "Pequeños milagros" (1997).
Sus películas nos quedan para siempre. Despedimos a un creador: #EliseoSubiela (1944 - 2016). pic.twitter.com/YFwz5Z9cns
— Cultura Nación (@MinCulturaAr) 25 de diciembre de 2016
Su paso por la televisión incluyó la serie "Historias de no creer", cuatro episodios titulados "Angel", "Relaciones carnales", "El destino de Angélica" y "Qué risa la muerte", para volver al cine con "Lifting del corazón" (2005), y las muy valiosas "El resultado del amor", con Sofía Gala y Guillermo Pfening y "No mires para abajo", con Antonella Costa.
En 2009, y con la obsesión puesta en lo efímero de la vida y en la búsqueda de una segunda oportunidad, presentó "Rehén de ilusiones" y tres años más tarde su última obra, "Paisajes devorados", un falso documental sobre tres noveles directores que quieren retratar a un cineasta interno del Borda, interpretado por el verdadero Fernando Birri.
Al promediar la década del 90, el cineasta abrió un centro de enseñanza, la Escuela Profesional de Cine de Eliseo Subiela.
El ganador del Cóndor de Plata a mejor director en tres oportunidades, estaba preparando un nuevo largometraje, "Corte final", con Miguel Angel Solá y Selva Alemán, según había anticipado un homenaje al cine al que él mismo amó con pasión toda su vida.
(Télam)
26/12/2016
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