La joven, residente del piso 11 de un edificio en avenida Pueyrredón 250, en el barrio Güemes, describió cómo la ventana de su habitación está invadida por murciélagos, algunos muertos y otros vivos pero desesperados por salir. El olor es insoportable y el constante grito de los murciélagos hace que sea imposible permanecer en el lugar.
A pesar de haber contactado a las autoridades pertinentes, incluyendo la Policía Ambiental, la Municipalidad de Córdoba, Defensa Civil y Zoonosis, la joven asegura que nadie se ha hecho cargo del problema. Incluso la inmobiliaria a cargo del departamento no ha dado respuesta.
La situación ha obligado a la estudiante a abandonar temporalmente su hogar, ya que la atmósfera se ha vuelto irrespirable. Añadiendo a la gravedad del problema, una vecina del cuarto piso también ha enfrentado una situación similar y tuvo que esperar a que todos los murciélagos murieran para resolver el problema.
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