David es papá de dos nenes que juegan en el Club Deportivo San Vicente. De chico siempre fue un fanatico de las figuritas, de coleccionarlas, intercambiarlas y jugar con sus compañeros de colegio para ganar las que le faltaban. Recuerda un año que le faltaba una sola figurita para completar el álbum y a un compañero de su curso le había tocado esa. Luego de una larga negociación terminó entregando todas las que tenía por esa que le faltaba. Por completarlo se ganó una pelota con la que invitó a jugar un picadito a su compañero que le había cambiado la última figurita.
Más de 30 años después de aquel álbum, encontró en internet una plantilla que le permitía diseñar tu propia figurita. No tardó en probar y les hizo a sus hijos figuritas con su foto. Cuando se las mostraron a sus compañeros de fútbol todos quedaron sorprendidos y fascinados. Fue entonces que se le ocurrió la idea de hacer las figuritas de todos los chicos del club y armar un álbum. Se imaginaba ver a los chicos viviendo con esa misma pasión que él cuando era chico pero potenciado por pegar las figuritas de ellos y sus amigos.
Cuando les llevó la idea a los otros padres, les pareció una locura. Tenían que hacer figurita por figurita de cada nene de cada categoría, era muchísimo trabajo y las chances de que el proyecto quedará trunco a mitad de camino en ese momento era altas. Pero lo siguieron y pusieron manos a la obra. La hermana de uno de los nenes ayudó a fotografiar a cada uno de los chicos de las distintas categorías, David diseñaba por las noches. Otro papá le llevó la idea a un imprentero de la zona que se sumó a la idea y colaboró haciendo todo el trabajo de impresión y corte al costo. Toda esta suma de esfuerzos y noches sin dormir vio sus frutos cuando el dia del niño les entregaron a cada nene su álbum con el primer paquete para empezar la colección.
Hoy es un éxito, en cada entrenamiento los padres entregan paquetes y los chicos se agolpan a intercambiar figuritas, juegan por las difíciles y se muestran cuales les tocaron. En San Vicente hay una fiebre por las figuritas, pero no por las del mundial, por las de los chicos de futsal.
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