Portada  |  24 marzo 2023

"Un hijo y basta": familias que desafían los prejuicios y las costumbres

Ellos deseaban muchos ser padres y tener un hijo los llenó de felicidad. Pero ¿hermanitos? De ninguna manera. "Un hijo y basta".

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"¿Para cuándo el hermanito?" es una frase que aún hoy continúa vigente para los padres primerizos. Muchos sí consideran la posibilidad de un segundo hijo, pero cada vez son más los que deciden que la maternidad y la paternidad sea un debut y despedida, por elección y convicción. No hablamos de casos que tuvieron un único hijo porque después no se pudo, no se dio, no quedaron, sino de aquellos que tuvieron uno y decidieron, por la razón que sea, no tener más.

Hablamos con Corina, Florencia, Malena y Alejandro. Ellos cuatro por diferentes razones tomaron la misma decisión y están convencidos de haberlo hecho.

Corina es mamá de Valentino de 7 años, él fue un hijo buscado, deseado, es inmensamente amado. A los dos años de él, Corina y su pareja se plantearon si efectivamente querían tener otro hijo o si era más una presión social que les hacía creer/sentir que debían darle un hermanito. Decidieron que no, que no querían ser padres nuevamente y ella supo que no quería serlo más, y por eso tomó la decisión de ligarse las trompas de Falopio.

Florencia tiene 30 años y a sus 16 fue mamá de Bruno, ella quiso tener a Bruno, de hecho lo buscó. El camino fue muy difícil y hace muchos años está plenamente convencida de que no tendría otro hijo, por una cuestión principalmente económica ya que ella se desvive para que a su hijo no le falte nada y cree que teniendo dos no le alcanzaría, y también porque ya teniendo un hijo adolescente no tiene ganas de volver a pasar por todos los primeros años de tener un bebé.

Malena es mamá de Toto, que tiene siete meses. Cuando su novio le dijo que quería tener un hijo ella no sabía si también lo deseaba, hizo terapia para saber si quería, si era un mandato social o si era simplemente un deseo de Martín. Con el tiempo supo que sí quería que suceda, pero que nunca se lo había planteado. Hoy, tras haber tenido a su bebé dice que no quiere repetir todo lo que pasa en el cuerpo de la mujer en el embarazo, y en la maternidad y decidió que no quería poner más el cuerpo para maternar ni para métodos anticonceptivos, y así fue como decidieron que él se haga una vasectomía.

Alejandro tiene 54 años, a los 40 tuvo a su hijo Santino y al día siguiente lo echaron de su trabajo, en ese momento él decidió que no quería volver a ser padre, le costó volver a acomodarse. Su mujer sí quería tener otro, pero él no.

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