Claudio, propietario del almacén “El Palo Borracho”, ubicado en Constitución y Viedma, fue víctima de una amenaza cuando esta mañana salió de su casa y encontró en la puerta una nota junto a dos balas.
“Salí a comprar pollo para trabajar, abrí la puerta y me encontré con la nota y las balas”, relató el comerciante visiblemente angustiado.
El hecho ocurrió apenas dos meses después de que delincuentes ingresaran al mismo comercio, robaran todo, revolvieran la vivienda ubicada en la parte trasera y prendieran fuego el local. En esa oportunidad, las pérdidas fueron totales: mercadería, muebles y estanterías quedaron destruidos.
Desde entonces, Claudio y su familia intentan salir adelante elaborando prepizzas y vendiendo productos caseros desde una pequeña parte del inmueble que pudieron recuperar. “Nos mudamos acá porque del otro lado no pudimos recuperar nada. Vamos remontando día a día, pero las deudas siguen. Es mi fuente laboral, no quiero cerrar”, contó.
El comerciante aseguró no tener conflictos con nadie y no entender el origen de la amenaza. “Nunca me pidieron el lugar ni tuve problemas. Lo primero que pensé fue en mi hija y mi señora. No tengo sospechas de nadie”, comentó.
Mientras tanto, Claudio insiste en su deseo de seguir trabajando: "Quiero seguir adelante. Que me dejen trabajar. Si alguien tiene algo conmigo, que venga y me lo diga en la cara. Nosotros no nos metemos con nadie".
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