Desde el 1 de marzo, los costos de los combustibles en el país han experimentado un incremento promedio del 1,9%. Esta modificación responde, en parte, a la actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y del Dióxido de Carbono, que comenzó a aplicarse desde el primer día de marzo.
En las estaciones de servicio de YPF, el precio de la nafta súper se fijó en $1.266 por litro, mientras que la premium alcanzó los $1.523. En otras marcas, como Shell, los precios son aún más altos, con la súper a $1.326 y la V-Power a $1.592.
De acuerdo con el Gobierno, el efecto de estos tributos sobre los precios es del 0,4%, cifra que se encuentra por debajo del índice de inflación de enero, que fue del 2,2%. Sin embargo, la subida del precio del barril de petróleo y la inflación general también han influido en este ajuste.
El impacto del aumento se refleja en la demanda, que en enero cayó un 3% en comparación con el mismo mes del año anterior y un 4,9% respecto a diciembre. Este descenso marca el decimocuarto mes consecutivo de baja en el consumo de combustibles en el país. La nafta premium se comportó de manera diferente, mostrando un crecimiento interanual del 14%, mientras que la nafta súper disminuyó un 2,2%. En el segmento del gasoil, la reducción fue del 8,9%, con un notable descenso del 17,3% en la variedad común.
En términos geográficos, las provincias que experimentaron los mayores aumentos en la venta de combustibles fueron Salta (8,2%), Catamarca (6,7%) y La Rioja (5,8%). En contraste, jurisdicciones como Santa Fe, Entre Ríos, CABA y La Pampa reportaron caídas de dos dígitos. En la mayoría del territorio nacional, la nafta continúa siendo el combustible más solicitado, con una concentración del 77% en CABA.
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