Un hecho de violencia extrema conmociona a la localidad de Maciel, a 80 kilómetros de Rosario. Una adolescente de 15 años, identificada como Rosario, fue brutalmente golpeada por otras dos menores tras intervenir en defensa de un amigo que estaba siendo agredido, presuntamente por su orientación sexual.
El ataque ocurrió durante la madrugada, a la salida de un boliche muy concurrido por jóvenes de la región. Según relató la madre de Rosario, la agresión se produjo cuando la adolescente abrazó a su amigo para evitar que le siguieran pegando. En ese momento, las agresoras, dos chicas menores de edad oriundas de San Lorenzo, la atacaron salvajemente.
Las imágenes que circularon en redes sociales muestran a Rosario siendo arrastrada por el piso, golpeada en la cabeza y pateada en la cara. Producto de la golpiza, sufrió una fractura facial, la pérdida de parte del cuero cabelludo y múltiples lesiones: “No quiere bajar de su habitación, tiene miedo, está destrozada”, contó su madre, quien también confirmó que la joven está cursando cuarto año del secundario y padece ataques de pánico desde el hecho.
Las agresoras se habrían llevado el celular de Rosario, que más tarde fue recuperado. La familia aún no radicó una denuncia formal, ya que la víctima sigue en estado de shock y con mucho temor. Sin embargo, aseguran que otras madres de la zona ya habían alertado sobre el accionar violento de estas menores, que según testimonios, “actúan como una amenaza constante”.
Además, se cuestiona la falta de intervención policial en el momento de la agresión. Aunque había presencia de uniformados en las inmediaciones, no intervinieron directamente. Testigos indican que se escucharon disparos disuasorios y uso de gas pimienta, pero no se logró evitar el ataque.
La situación abrió un fuerte debate en la comunidad sobre la violencia juvenil, la discriminación y el rol de los adultos en la prevención. Desde el entorno de la víctima piden justicia y mayor protección para los jóvenes: “Estas chicas jugaron con la muerte”, concluyó la madre de Rosario, en un pedido desesperado por frenar una escalada de violencia que, lamentablemente, se repite en distintos puntos del país.
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