Un hombre fue brutalmente atacado por una jauría en Arequito, localidad santafesina. Daniel Natali, la víctima, relató que en el camino estaba jugando con dos de los perros, que se mostraban tranquilos, hasta que aparecieron otros tres animales desde atrás, liderados por un pitbull que fue el primero en morderlo. A partir de allí, se desató el ataque de los cinco. Todo quedó registrado por las cámaras de seguridad.
"Llegando a la casa, iba jugando con dos de los perros, pero me aparecen tres perros más de atrás. Cuando mordió uno, me empezaron a morder los cinco", relató. Según explicó, fue el pitbull el primero en atacarlo: "Hasta que no logré sacármelo, los otros perros siguieron mordiendo".
Daniel sufrió heridas en todo el cuerpo. "No me quedó un lugar por donde no me muerdan. Si me caía, la historia era otra", aseguró. El momento más grave fue cuando uno de los perros le alcanzó el cuello: "Sentí un tajo muy grande y mucha sangre, pensé que había agarrado alguna vena principal".
Los perros pertenecen a una vecina de la cuadra que, según los testimonios, los deja salir todos los días para que hagan sus necesidades. "Les abre la puerta para que hagan sus necesidades, es la realidad. Tiene un montón de denuncias, intervinieron las autoridades, pero los perros siguen allí", contó Daniel. "Ayer fuimos a hablar a la comuna para ver si se soluciona este tema".
Daniel aseguró que no es la primera vez que ocurre un episodio de este tipo. "Hace dos años atacaron a un chico que estaba trabajando en mi casa. Cuando nos dimos cuenta, tenía cinco perros encima". Además, mencionó que los vendedores ambulantes que pasan por el pueblo también han sido atacados: "Terminan sin ropa".
Aunque los animales están vacunados y alimentados, viven en un espacio reducido y, según Daniel, eso los vuelve más agresivos: "Son nueve perros en un lugar de cuatro por cuatro. Se pelean entre ellos, y cuando salen, lo hacen con violencia".
Tras el ataque, la dueña de los perros responsabilizó a Daniel. "Vino a decirme que la culpa era mía porque tengo un caniche. Que la herida del cuello me la hice yo. Yo pensé que venía a pedirme disculpas", expresó. Mientras tanto, sigue en tratamiento con vacunas, antibióticos y curaciones.
"Antes vivíamos todo el día así, esperando que los largue y se dé algún accidente de estos. Ahora salen menos seguido, pero son más fuertes. No hay manera de frenarlos", concluyó.
Comentarios