El Sanatorio de Niños dio un nuevo impulso a su programa de terapia asistida con animales y sumó a su equipo a “Chula”, una perrita rescatada que fue adoptada especialmente para integrarse a las actividades con los pacientes pediátricos.
La iniciativa se enmarca en un proyecto que comenzó permitiendo que los niños internados pudieran recibir la visita de sus propias mascotas, experiencia que tuvo un gran impacto positivo en su recuperación. Ahora, el centro decidió dar un paso más con la incorporación de un animal propio, elegido por toda la comunidad hospitalaria.
El nombre de la nueva integrante fue seleccionado mediante una votación abierta en salas de espera, áreas de internación y redes sociales. La elección final fue “Chula”, un nombre que ya se escucha con frecuencia en los pasillos del sanatorio.
Desde la institución destacaron que la terapia con animales favorece la reducción del estrés, la mejora del estado de ánimo, el desarrollo de la empatía y el fortalecimiento de la comunicación, además de promover una recuperación más llevadera para los pacientes.
Con su presencia, “Chula” se convirtió en un símbolo de acompañamiento y en un recordatorio de la importancia de la adopción responsable. Ahora, forma parte activa de la vida diaria del hospital, acercando bienestar y sonrisas a quienes más lo necesitan.
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