Una obra de gran escala comenzó en la zona sur de Rosario para contener la erosión del arroyo Saladillo: se trata de la construcción de dos pantallas de hormigón armado enterradas a 34 metros de profundidad, que buscan estabilizar el lecho y frenar el retroceso de la cascada natural que marca el encuentro del arroyo con el Río Paraná.
Los trabajos incluyen el montaje de estructuras que funcionarán como una defensa integral: una primera línea de bloques de anclaje, ya se ejecutaron 7 de los 53 previstos, y una segunda pantalla compuesta por 19 módulos de hierro y hormigón, de los cuales 6 ya fueron construidos.
Las dos pantallas estarán conectadas por vigas que permitirán consolidar una estructura de gran escala, similar a una represa de arco, con 114 metros de largo y 23 metros de profundidad. El objetivo es frenar la erosión aguas arriba y proteger, no solo la cascada, sino también el entorno y la infraestructura vial que conecta a Rosario y Villa Gobernador Gálvez.
En paralelo, la etapa 1, vinculada a refuerzos en el puente Molino Blanco, ya se encuentra en un 90% de ejecución. Allí se reconstruyó la losa de fondo, se apuntalaron los pilotes, se repararon los estribos y se colocaron mantas flexibles para proteger márgenes y fundaciones.
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