En 2024, para esta misma fecha, ya se habían registrado 60 casos y se esperaba el peor brote en la historia de la ciudad. En cambio, en 2025 solo se han confirmado 8 casos, de los cuales uno es importado y el resto autóctonos. Los pacientes diagnosticados evolucionaron de manera favorable y no requirieron internación.
La situación del año pasado fue alarmante, con más de 25.000 casos y 17 fallecimientos. Este año, la ciudad ha tomado medidas preventivas desde antes de la llegada del calor, entre las que se destacan el descacharrado de los hogares y la concientización sobre la importancia de evitar los reservorios de agua, que son el lugar ideal para que el mosquito Aedes aegypti ponga sus huevos. Además, el clima menos caluroso de diciembre de 2024 ayudó a reducir la proliferación de mosquitos.
Sin embargo, las autoridades sanitarias advierten que no se debe bajar la guardia. Las altas temperaturas que han comenzado a registrarse en enero son las condiciones ideales para que el mosquito se reproduzca rápidamente.
Soledad Rodríguez, secretaria de Salud de Rosario, destacó que, aunque el brote se encuentra en una etapa temprana, es importante estar atentos a los primeros síntomas del dengue, similares a los de una gripe pero sin síntomas respiratorios. Fiebre alta, dolor muscular y malestar general son algunos de los síntomas más comunes y, en caso de sospecha, se debe consultar a un médico para confirmar el diagnóstico.
Además de las acciones preventivas, el municipio ha intensificado los operativos en los barrios más afectados. Fernando Vignoni, subsecretario de Salud y Territorio, informó que desde el invierno se realizan operativos semanales para controlar la circulación del virus. Estos incluyen visitas domiciliarias y bloqueos de áreas cercanas a los casos confirmados con el objetivo de eliminar posibles criaderos de mosquitos y evitar la propagación del virus.
Las autoridades siguen monitoreando la situación y piden a los vecinos que colaboren manteniendo sus hogares libres de agua estancada.
Comentarios