Juan Esteban y Agustín Barrios, alumnos de tercer año del Instituto Politécnico Superior de Rosario, regresaron hace pocos días de China luego de obtener el tercer lugar en una competencia global de desarrollo de videojuegos organizada por Hack Club. La final del certamen se llevó a cabo en Shanghái, donde participaron más de 80 jóvenes de distintas partes del mundo. Los rosarinos fueron los únicos representantes de América Latina.
El videojuego que presentaron fue creado íntegramente por ellos en tan solo dos meses. Se trata de una propuesta de plataformas 2D con mecánicas de movimiento frenético y niveles contrarreloj. "Hicimos un juego de plataformas 2D realizado en una plataforma para realizar videojuegos llamada Godot, la cual fue realizada por dos argentinos", explicó Juan, quien se encargó de la programación, el arte y parte del sonido.
Por su parte, Agustín se ocupó de la música del videojuego: "Usé una aplicación llamada GarageBand y conocimientos que aprendí en el Pro Música y también en clases del Poli, en un área específica llamada Lenguaje Artístico, donde dan clases de sonoro. Intenté sumergir al jugador en una atmósfera que le permitiera introducirse mejor en el juego".
El trabajo de ambos jóvenes estuvo inspirado en títulos como Celeste, Ultra Kill y Super Meat Boy. “Nos basamos en juegos con movimiento rápido. Lo más importante en un juego de plataformas es que el movimiento del jugador se sienta bien”, señaló Juan, quien también destacó la implementación de mecánicas técnicas como Jump Buffering y Coyote Jump, que permiten mayor precisión y fluidez al jugar.
El desafío formó parte de la competencia internacional impulsada por Hack Club, en la que adolescentes de todo el mundo diseñaron videojuegos bajo ciertos criterios de originalidad, funcionalidad y jugabilidad. Los proyectos seleccionados fueron invitados a presentar sus desarrollos en la ciudad china.
Durante el evento, los estudiantes compartieron espacio con jóvenes de distintos países. "Conocimos a un montón de gente de todo el mundo que hace lo mismo que nosotros: programación, diseño o música en mi caso. Hermoso Shanghái, una locura, la verdad que muy contento", expresó Agustín.
Sobre la experiencia en la ciudad, Juan contó: "Lo que más nos impactó fue lo tecnológicamente avanzado. Tienen pines de traducción que traducen en tiempo real y unos robots que entregaban la comida en el hotel. Una locura".
Al ser consultados sobre cómo lograron competir con participantes de contextos tecnológicos más desarrollados, destacaron el rol de la escuela pública: "Estoy completamente orgulloso del Politécnico. Sin los profesores no hubiera sido posible. Aprendí programación C++ en Olimpiadas de Informática y eso me dio las herramientas necesarias", afirmó Juan. Agustín también agradeció a sus docentes de música: "Desde los cinco años me enseñaron teoría musical. Les agradezco un montón".
Ambos tienen 15 años, están en tercer año del secundario y ya proyectan su futuro en el campo de la informática. “Estamos a un año de elegir especialidad. Yo creo que voy a elegir Informática”, señaló Juan.
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