Portada  |  29 diciembre 2024

El 2024 cierra con la menor cantidad de incendios en el Delta del Paraná desde 2019

Un informe del Museo de Ciencias Naturales de San Nicolás revela una reducción histórica de focos ígneos en la región. La creciente del Paraná y mejores controles fueron clave en este cambio.

Rosario y la región

El 2024 se posiciona como el año con menos incendios en el Delta del Paraná desde 2019, según datos del Museo de Ciencias Naturales “Antonio Scasso” de San Nicolás. El informe, basado en registros satelitales de la NASA, detalla que hasta noviembre se detectaron 1.310 focos de calor, una cifra que marca un fuerte descenso respecto a los 10.843 de 2023.

“Este año, la creciente del río Paraná fue clave para actuar como un amortiguador natural de los incendios”, explicó Jorge Liotta, colaborador del museo y licenciado en Ciencias Biológicas. Entre julio y noviembre, los niveles bajos del río contrastaron con la primera mitad del año, cuando el caudal llenó el Delta, reduciendo el riesgo de incendios por material combustible seco.

A este fenómeno natural se sumaron avances en la detección y prevención de incendios. Liotta destacó que, en 2024, “hubo detenidos y operativos específicos en el Delta”, como el caso del hombre arrestado en septiembre con bidones de nafta tras iniciar un incendio en la isla de Victoria, Entre Ríos.

A pesar del avance, el 2025 presenta incertidumbre. “Es muy difícil prevenir niveles hidrométricos”, señaló Liotta, subrayando la necesidad de continuar con tareas de prevención. Mientras tanto, el río Paraná sigue en ascenso. Según el Instituto Nacional del Agua (INA), en diciembre el nivel subió más de dos metros en Rosario, alcanzando los 3,12 metros.

Aunque los especialistas consideran esta suba “ordinaria”, recuerdan que un marco climático ideal implica lluvias regulares y sostenidas, no eventos extremos. Se espera que el Paraná cierre el año con alturas superiores a los 4 metros, lejos de los niveles de alerta, pero aún con impacto para las comunidades ribereñas.

La notable disminución de focos ígneos también representa un alivio para la salud de la población. Un estudio publicado en la revista International Journal of Environmental Health Research mostró cómo el humo de las quemas en el Delta afecta la salud cardiovascular. “El humo de los humedales impacta directamente en infartos y ACV”, advirtieron cardiólogos rosarinos.

Con menos incendios, tanto el sistema de salud público como privado respiran con mayor tranquilidad, reflejando los beneficios de un año con menores índices de siniestros en el Delta.

 

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