Agustín encontró su salvavidas en el teatro, lo que le ayudó a darse cuenta y ser quien realmente era.
“El teatro me dio desde el momento uno, desde antes de la transición, me dio el espacio para yo poder ser quien soy,sin un nombre, sin un pronombre, sin un género, o sea yo poder ser quien yo quiera ser y disfrutar y poder vivir el ahora y disfrutar la vida realmente, y en la transición, y para mí fue lo que me mantuvo en pie, en la transición y en todos los momentos difíciles de mi vida.” expresó el artista rosarino sobre su salvavidas personal.
Este artista rosarino de 20 años comenzó con su transición en el año 2021 y el teatro fue el primer espacio que pudo habitar siendo Agustín. Actualmente, está trabajando en una obra de Buenos Aires “Ana es luz” basada en la historia de Cris Miró.
“La primera vez que me nombraron como Agustín López, así que super emocionante yo pensé que iba a ser muy difícil la transición, pensé que iba a costar mucho y realmente fue sorprendentemente rápido y nada me sentí muy contenido, muy querido y nunca fue un límite, nunca fue una limitación cosa que por ahí de afuera yo lo he pensado de otra manera, yo pensaba pero cómo voy a no poder seguir haciendo esto que me gusta porque los personajes cómo voy a ser, si soy un varón trans no voy a quedar en ningún personaje y sorprendentemente fue todo lo contrario.”expresó Agustín sobre la poca visibilización en masculinidades trans, hasta que conoció la asociación varones trans y no binarias en Santa Fe.
La Asociación, de varones trans y no binarias de Santa Fe, le permitió a Agustín tener un lugar de escucha y contención para poder transicionar. Es un lugar donde se puede consultar, hay reuniones de familias para poder hablar con más libertad sobre personas y vidas trans.
Lo más difícil es decirselo a tus papás (o eso creemos)
“No sólo transiciona a uno sino que toda la familia, los amigos [...] me acuerdo que yo tenía miedo de decirselo a mis papás, a mis amigos y se los dije yo y acá en el teatro también pero a mis papás me acuerdo tenía mucho miedo la reacción” contaba Agustín sobre el miedo e incertidumbre sobre contarle a sus papás quién realmente era.
“La respuesta de mi papá fue nosotros te queremos así como sos, no importa tu género, tu sexualidad, no importa, nosotros somos tus papás y te vamos a querer siempre por quien sos, nosotros te amamos a vos, no al género que tengas ni con quien decías relacionarte, nos va a costar un poco el cambio de nombre pero porque no es fácil esto de un cambio.”relataba recordando lo rápido que fue ese proceso.
“Yo pensé que iba a costar un montón y es algo que a mí me ponía muy mal porque uno en la transición quiere que sea todo ya, yo ya no quiero vivir más así, yo ya no quiero ser esta persona, quiero que y cuesta, cuesta darse cuenta que a las personas también tienen su tiempo, nuestro entorno y en la transición al principio si por ahí estamos muy enojados y no queremos, no queremos seguir viviendo de esa manera, que nos sigan tratando de esa manera pero si después uno se da cuenta que sí, hay que dar tiempo” remarcó sobre el proceso de uno mismo, el tiempo y la distancia que ayudan a para tener otra perspectiva sobre el cambio.
Tiempos difíciles en una transición: la escuela
El mundo dentro de la escuela, los compañeros y los profesores “Siento que la escolaridad, fue muy difícil, a mí la transición justo fue en cuarto y quinto año de la secundaria y por ahí vos decís, es una generación que ya es otra generación, la mía cuesta un montón,hay personas que les cuesta tanto y yo por ahí como no tenía el cambio en el DNI, tomaba lista con mi nombre anterior o por eso le decía a los profes, profes soy Agustín y cuesta, cuesta, siento que todavía hay que trabajar bastante en eso porque por más que haya una identidad de género, es algo que todavía sigue costando un montón y es algo que las niñeces y las adolescencias sufren muchísimo.”expresó sobre su paso por la escuela mientras estaba transicionando, comentando ciertas situaciones como lo es ir al baño “Lo más complicado fue el baño, porque ok, si te llamas Agustín pero no al baño de varones, no, o bueno tratar de entrar al baño de mujeres o no sé, andar de profesores.”
“Yo estuve un año y medio,dos años en hormonas, por una decisión propia, porque no es algo necesario, pero decidí comenzar las hormonas y las dejé hace un año más o menos, por una decisión también propia, por el tema del canto, no quería que me cambiara más la voz, por ahí es algo que sí yo hablo seguido, que por ahí yo no me siento conforme con la voz que tengo ahora, es una inseguridad que por ahí es muy recurrente” contó el proceso de comenzar con hormonas y la decisión que debió tomar para preservar su voz.“Yo me dedico y me quiero dedicar siempre al teatro, el canto y la danza, así que bueno, hay que tomar esas decisiones también”.
Para concluir con su pequeña historia de vida, resaltó: “Como una persona trans, que ninguno tenga que dejar sus sueños y de hacer lo que quiere por la simple identidad de género, cuando uno empieza la transición dice yo no voy a poder seguir haciendo esto que a mí me gusta y es lo que preocupa mucho realmente porque cuando uno se quiere dedicar a esto no hay plan B, no queremos un plan B, es todo lo que amamos y todo lo que anhelamos en la vida triunfar, triunfar como cada uno quiera decirle triunfar, pero hacer lo que nos gusta y ser felices haciéndolo y por ahí pensar en que el género sea una limitación para poder seguir haciendo eso es difícil”.
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