En una nueva edición de los Especiales de los viernes, hablamos sobre un tema que atraviesa a todas las generaciones: el uso constante de pantallas y su efecto sobre el cuerpo. Teléfonos, televisores, computadoras y luces LED forman parte del día a día, pero su exposición continua tiene consecuencias que muchas veces pasan inadvertidas.
La especialista Sofía explicó en diálogo con Telefe Rosario que el cambio tecnológico de las últimas dos décadas fue tan veloz que nuestro cuerpo “no está preparado biológicamente para adaptarse a esta evolución”.
“Nuestras células están diseñadas para funcionar en base a la luz solar. Cuando anochece, el cerebro libera melatonina, la hormona que favorece el descanso. Pero si seguimos frente a pantallas o bajo luces LED, el cerebro cree que todavía es de día y sigue activo”, señaló.
Esa alteración del reloj biológico puede derivar en insomnio, fatiga ocular, envejecimiento prematuro de la piel y cambios hormonales.
Para contrarrestar estos efectos, la especialista recomendó el uso de lentes bloqueadores de luz azul, que filtran los rayos según la hora del día:
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🟡 Amarillos durante la tarde,
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🟠 Naranjas al atardecer,
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🔴 Rojos por la noche, para preparar al cuerpo para el descanso.
“Los filtros transparentes no bloquean realmente la luz azul. Lo ideal es elegir lentes que filtren entre 450 y 500 nanómetros”, explicó Sofía.
Además, sugirió adoptar hábitos simples pero efectivos:
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Reducir el uso de pantallas al menos una hora antes de dormir.
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Aprovechar la luz natural y pasar más tiempo al aire libre.
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Evitar el celular durante las comidas o momentos de descanso.
“Si después de una cena a la luz de las velas dormís mejor, es porque tu cerebro volvió a su ritmo biológico natural”, ejemplificó.
La clave, asegura, no está en eliminar la tecnología, sino en aprender a convivir con ella sin afectar nuestra salud. “No podemos escapar de las pantallas, pero sí podemos cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente”, concluyó.
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