Un vecino vive con el temor diario de que la vereda frente a su casa termine de ceder. Alberto, de 80 años, se enfrenta a un pozo de gran tamaño que se produjo justo en la entrada de su domicilio.
Según detalló, es un problema que comenzó hace ocho años pero que el socavón se profundizó en los últimos días y amenaza con extenderse. Lo descubrió el sábado pasado, cuando notó que parte de la vereda estaba hueca y las baldosas flotaban sobre el aire. Desde entonces, la profundidad del pozo aumentó y los escombros se acumulan en el interior.
Ante la falta de respuesta, fue el propio Alberto quien colocó cintas de advertencia para evitar que transeúntes se accidenten. “Tengo 80 años y tengo que esquivar el pozo”, señaló al relatar cómo ingresa a su domicilio.
Además de lidiar con el riesgo constante de un hundimiento en la puerta de su casa, Alberto enfrenta serias limitaciones en su vida cotidiana debido a la escasez de agua. La presión es tan baja que no puede higienizarse adecuadamente en su hogar, por lo que se ve obligado a trasladarse a las casas de familiares para poder bañarse.
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