Portada  |  29 abril 2024

Juicio por la evasión de la cárcel de Piñero: una fuga cinematográfica

El inicio del juicio por la audaz fuga de la cárcel de Piñero en 2021 revela detalles escalofriantes de un plan maestro urdido entre rejas. En la audiencia de apertura del juicio oral contra los ocho evadidos de Piñero -Daniel David Piscione, Claudio Javier Mansilla, Ezequiel Rodolfo Romero, Martin Alejandro Cartelli, Joel Isaias Rojas, Sergio Martin Cañete, Alejandro Andrés Candia y Antonio Alejandro Smischmittlein- y otras tres personas que los ayudaron a escapar, el fiscal Carbone marcó que “esa tarde la realidad superó la ficción”

Rosario y la región

El juicio por la espectacular fuga de la cárcel de Piñero del domingo 27 de junio de 2021 ha comenzado, trayendo consigo una trama de intriga y violencia que sacudió los cimientos del sistema penitenciario argentino. Encabezando la lista de fugitivos se encontraba Claudio "Morocho" Mansilla, una figura central en el submundo criminal y quien enfrentaría posteriormente una condena por doble homicidio, los demás son Daniel David Piscione, Ezequiel Rodolfo Romero, Martin Alejandro Cartelli, Joel Isaias Rojas, Sergio Martin Cañete, Alejandro Andrés Candia y Antonio Alejandro Smischmittlein.

La descripción de los eventos por parte del fiscal Franco Carbone deja entrever la audacia y brutalidad con la que se llevó a cabo la evasión. En un Peugeot 2008 conducido por un tal “Guachín”, que aún no fue identificado,  Franco Ezequiel Cantero, Rodrigo Leonel Gramajo y Walter Ezequiel Soraire, llegaron a la zona y penetraron las defensas de la cárcel tras cortar alambres con una amoladora y desatar un enfrentamiento armado con los guardias. Entre los fugados se encontraba Mansilla, cuya liberación estaba prevista para días después en un juicio por crímenes violentos.

Durante la apertura del juicio, Carbone destacó que el escape había sido meticulosamente planeado, y que se había gestado mucho antes de la fecha de ejecución. Sergio Cañete, un ladrón de bancos condenado en 2018, había coordinado la operación con la ayuda de su pareja, Magali Fernández, y otros cómplices. Mansilla, conocido como "el uno" del pabellón, desempeñó un papel crucial en la logística del plan, era el objetivo principal de esta fuga.

Ese día, el grupo ingresó a la cárcel armado hasta los dientes, enfrentándose a los guardias en un tiroteo que resultó en la muerte de Soraire. Aprovechando el caos, los demás presos se unieron al tumulto, facilitando la fuga. Huyeron por caminos rurales.  Carbone enfatizó el desprecio por la vida humana exhibido por los fugitivos, quienes dejaron atrás un compañero caído como si fuera un mero obstáculo en su camino hacia la libertad.

La Fiscalía busca imponer penas severas para los involucrados, argumentando que todos participaron activamente en el escape y tuvieron acceso a armas de fuego durante el incidente. La investigación reveló una coordinación detallada entre los acusados, respaldada por evidencia encontrada en sus dispositivos electrónicos. Carbone solicitó penas que van de los 11 a los 26 años, con la posibilidad de unificarse a otras.

Luego de la fuga siguió la recaptura escalonada de los evadidos, destacando la detención de Mansilla casi un año después en un operativo en Rosario. Carbone subrayó el impacto devastador de la fuga en la seguridad pública y afirmó que marcó un punto de inflexión en la lucha contra el crimen organizado en Santa Fe.

El juicio promete desentrañar una fuga que dejó al descubierto la vulnerabilidad del sistema penitenciario argentino y que, según Carbone, representa un antes y un después en la historia de la criminalidad en la región.

Comentarios