A Pablo “Finito” Sosa, un transero y tiratiros señalado por regentear la venta de drogas en zona oeste de Granadero Baigorria, lo asesinaron a tiros el pasado 8 de agosto en Flammarion y Lamadrid. Por el crimen imputaron ayer a Fernando “Enano” Morel, un preso que cumple condena en Piñero a quien le atribuyen mantener una estrecha relación con Ariel Máximo “Guille” Cantero, líder de Los Monos.
Al Finito Sosa se la tenían junada. Por medio de conocidos se enteró que le habían puesto precio a su cabeza: 300 mil pesos. Estaba prófugo desde que en junio pasado repelió un operativo policial a los tiros y escapó por los techos de las casas del barrio en donde vivía, llamado Nuestra Señora de la Paz pero más conocido como Salsipuedes.
También lo investigaban a Finito por una brutal balacera en marzo de este año contra el abogado Ariel González Zeballos en una estación de servicios de calle Baigorria y avenida De los Granaderos, en zona norte de Rosario. El penalista había defendido a integrantes de Los Monos en aquel triple crimen en Baigorria, cuando ejecutaron a sangre fría a los hermanos Ezequiel “Parásito” y José Horacio “Grasita” Fernández y Gerardo “Abuelo” Abregú.
Hasta septiembre del año pasado, al Finito Sosa lo vinculaban con Marcelo “Coto” Medrano, ex narco y barrabrava de Newell’s asesinado delante de su pareja e hijo en la estación de servicios YPF de Baigorria. La disputa territorial de Coto era con los hermanos Daniel y Gabriel Godoy, ambos imputados y bajo investigación por el crimen.
El Enano Morel, al tanto de las influencias y del poder territorial que acreditaba el Finito, le habría planteado un ultimátum al transero de Salsipuedes. “O vendés para nosotros o sos enemigo nuestro”, asegura la investigación que le dijo el lugarteniente de Guille Cantero, desde la cárcel de Piñero.
En la audiencia imputativa de ayer, el fiscal Gastón Ávila le atribuyó al Enano Morel haber ordenado el secuestro y posterior homicidio del Fino Sosa. Dicho plan criminal se llevó adelante desde el mediodía del domingo 8 de agosto, cuando al grito de “allanamiento, policía” irrumpieron en el departamento en donde Sosa “se aguantaba” en Esteban de Luca y Paraguay, de Rosario.
Bajo amenazas con armas de fuego, Leandro “Paraguayo” M., un adolescente de 16 años llamado Laureano A. apodado “Chini” y otras tres personas aún no identificadas, ingresaron a la fuerza al domicilio donde dormían Sosa y su novia Magalí G., obligándolos a subir a dos autos, trasladándolos a una casa y privándoles su libertad por varias horas en habitaciones separadas.
Según uno de los testimonios aportados a la investigación, Laureano le había conseguido ese departamento a Pablo cuando lo buscaba la Policía. Allí lo secuestraron semanas después, para exigirle arma, plata y drogas, refirieron. El Enano Morel acusó de “traición” al Fino. “Porque se había puesto a vender para otro”, confiaron.
Durante el encierro, Morel se comunicó con el Fino y Magalí desde su celda en Piñero, mediante videollamada, para reiterarle el pedido de dinero y armas.
La noche de ese domingo, el Paraguayo y Laureano trasladaron al Fino en un Volkswagen de color claro hasta inmediaciones de Flammarion y Lamadrid.
Cerca de las 22 horas, hicieron bajar al Fino del auto y Laureano, con intención de darle muerte, le disparó en al menos doce oportunidades con un arma de fuego calibre 9 milímetros.
De acuerdo a la acusación, el ataque a balazos provocó el fallecimiento del Fino Sosa por destrucción craneoencefálica y hemorragia masiva torácica. Señalaron que Laureano se dio a la fuga en el auto en donde lo esperaba el Paraguayo esperándolo.
Posteriormente, las restantes personas que participaron del secuestro soltaron a Magalí cerca de calle Las Flores al 3300, en barrio Plata.
El Enano Morel fue imputado por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y privación ilegítima de la libertad calificada por ser cometida mediante amenazas y por el uso de arma de fuego, en carácter de instigador.
Leandro M., alias Paraguayo, cayó en septiembre pasado. Tenía pedido de captura por el crimen del Fino y lo detuvieron por pasar un semáforo en rojo en Vera Mujica y Zevallos, en un Ford Focus de color blanco.
Una investigación del fiscal Miguel Moreno acreditó la relación de amistad entre el Paraguayo y el Enano, con quien mantenía constantes conversaciones telefónicas, amistad y vinculación por la barrabrava de Newell’s.
La acusación del fiscal Ávila acreditó varias conversaciones telefónicas entre Guille Cantero –detenido en la cárcel federal de Marcos Paz- y su lugarteniente el Enano Morel.
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