Una familia denunció un intento deliberado de matar a su perra, luego de que alguien arrojara trozos de carne con anzuelos camuflados al patio de su vivienda. El animal los ingirió y, días después, los expulsó mediante vómitos y materia fecal, lo que permitió a los dueños advertir la situación.
“Encontramos en el techo ocho pedazos de carne, cada uno con un anzuelo”, relató Damián, dueño del animal. “Dos días después, la perra vomitó un bolo con veinte anzuelos”, agregó.
El hombre sospecha que la agresión provino de un edificio lindero. “Yo vivo en el corazón de la manzana, y esos trozos solo pudieron haber sido arrojados desde algún departamento sobre calle España”, afirmó.
También indicó que no se trató de un hecho aislado ya que desde marzo comenzaron a aparecer en la vereda de su casa porciones de alimento balanceado, que generaron sospechas por su aspecto y por no ser consumidas ni siquiera por insectos.
Lola, una perra de poco más de un año, vive con la familia desde que tenía un mes y medio. “Mi hija de cinco años la bautizó. Es parte de nuestra familia desde entonces”, relató. El impacto emocional también fue fuerte: “Mi hija llora todas las noches, pregunta si su perra se va a morir o por qué la quieren matar”.
Frente a lo ocurrido, la familia tomó medidas de seguridad: ya no dejan sola a la perra durante la noche y revisan cada rincón del patio antes de que salga. “Ahora tengo que poner cámaras para poder filmar el momento en que caiga algo y ver de dónde viene”, explicó. “Vivir en esta sociedad realmente no es saludable”, lamentó.
La denuncia fue radicada ante el Ministerio Público de la Acusación y también ante la Policía de Investigaciones. En ambos organismos les indicaron que la instalación de cámaras es clave para avanzar en la investigación.
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