El papa León XIV, sucesor de Francisco, asumió el liderazgo de la Iglesia Católica con una identidad que combina la sensibilidad social latinoamericana con una impronta más reservada. La elección del nombre León, en referencia tanto al papa León XIII, padre de la doctrina social de la Iglesia, como al histórico León I el Magno, marca un gesto de continuidad y, al mismo tiempo, de diálogo con las tradiciones más arraigadas del catolicismo.
León XIV es el nombre elegido por el cardenal Prevost, un hombre de confianza de Francisco y considerado por muchos como su heredero espiritual. Fue él quien, en 2023, asumió la dirección del Dicasterio para los Obispos, una función clave en la estructura vaticana. Desde ese lugar, se consolidó como figura de referencia dentro del ala progresista de la Iglesia.
“Creo que es un papado de continuidad”, explicó el investigador Diego Mauro. “Su elección del nombre León muestra tanto una conexión con la historia como una voluntad de preservar la unidad interna. No lo veo tan mediático, más bien como alguien que buscará contener tensiones”, añadió.
Su primer discurso dejó entrever que el foco estará puesto en la paz y en el equilibrio frente a un mundo marcado por los conflictos internacionales. Ya como cardenal, se había pronunciado contra las políticas de Donald Trump, especialmente en lo referido a migración.
En lo interno, León XIV parece mantener la vocación inclusiva de Francisco. “La Iglesia de puertas abiertas seguirá, pero tal vez sin avances tan rápidos en algunas reformas”, opinó Mauro.
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