El hecho ocurrió alrededor de las 20:30 en calle Garibaldi al 3700, en la zona oeste de la ciudad. La víctima, un hombre de 37 años, había sido contratado a través de una aplicación de viajes cuando fue amenazado por el pasajero con un arma de fuego y un arma blanca. El conductor entregó su teléfono celular, el objeto que el delincuente exigía, y el agresor huyó a pie.
Minutos después, el conductor logró reconocer al acompañante del asaltante, quien había solicitado el viaje por la aplicación ilegal. La Policía lo aprehendió a pocas cuadras del lugar. El detenido fue identificado como Víctor Antonio, de 32 años.
Este no fue un caso aislado. En la madrugada del sábado, otro chofer de una aplicación denunció un robo con características similares en la intersección de las calles Rivero y Rouillón. Ambos episodios alimentan el debate sobre la legalidad y la seguridad de estas plataformas.
Desde el Sindicato de Peones de Taxis (SPT), su titular Horacio Yannotti cuestionó duramente el funcionamiento de las apps: “Estos cuatro asaltos no han sido directamente a choferes de taxi que usan aplicación, por eso volvemos a insistir, no tenemos información de cuántos son los autos que, clandestinamente, están haciendo el trabajo nuestro”.
Yannotti insistió en la falta de garantías para los usuarios: “Nosotros siempre decimos que la persona que utiliza este servicio de pasajeros es como hacer dedo, no sabemos realmente si la persona que maneja este auto está habilitado, si el coche tiene las condiciones necesarias para hacer transporte público de pasajeros, si tiene el seguro habilitante”.
También advirtió que la falta de identificación en los vehículos complica los controles policiales, y apuntó al contexto económico como una de las causas por las que muchos pasajeros eligen estas apps: “La gente opta también por una cuestión económica. Esta situación económica reinante hace que la gente por ahí se olvide de la seguridad, de la legalidad, y opta por este tipo de servicios para ser transportada”.
Finalmente, Yannotti alertó sobre la precariedad laboral de quienes manejan para estas plataformas: “Hay un promedio de personas que están trabajando en apps que tienen 30 años, que no están haciendo aportes sociales, de jubilación, y nosotros tenemos la experiencia de que la persona que no está registrada, que no está laboralmente como dice la ley, después tiene dificultades para acceder a la salud y para acceder a la jubilación”.
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