En Rosario, la medida de fuerza se hizo sentir tanto en las escuelas, sin clases pero con presencia de docentes para no perder el presentismo, como en la Universidad Nacional de Rosario, donde se suspendieron actividades académicas.
Desde media mañana, distintas organizaciones sociales y gremiales confluyeron en una marcha por el centro de la ciudad. La convocatoria partió desde múltiples puntos, entre ellos boulevard Oroño y Bolívar, y culminó en Plaza San Martín, frente a la sede de Gobernación, donde se instalaron ollas populares y se realizó una asamblea abierta.
“Ha crecido el hambre, la miseria, la falta de trabajo. El gobierno nacional cortó toda ayuda alimentaria y el provincial apenas alcanza para tres comidas mensuales”, expresó Eduardo del Monte, referente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), en diálogo con los medios durante la movilización.
El dirigente subrayó que en Rosario existen más de 1.300 ollas populares, muchas de las cuales “apenas tienen insumos para cocinar una vez al mes”. Además, reclamó la creación de fuentes de trabajo y programas de capacitación para jóvenes y mujeres en los barrios, y denunció la falta de reconocimiento a quienes sostienen los comedores comunitarios.
La manifestación se desarrolló de manera pacífica, con interrupciones parciales del tránsito a medida que las columnas avanzaban hacia la plaza. Durante el mediodía, los manifestantes compartieron una comida en comunidad como símbolo de protesta y unidad frente al ajuste.
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