La suspensión de los permisos de exportación del frigorífico Black Bamboo Enterprises, ubicado en Hughes, Santa Fe, ha generado preocupación tanto para la empresa como para sus más de 500 empleados. La reducción de los salarios al 70% debido a la garantía horaria ha impactado negativamente en la economía local, afectando a quienes dependen de los ingresos generados por la planta frigorífica en Hughes y sus alrededores, el pueblo en donde nació el gobernador Maximiliano Pullaro.
Además de la reducción salarial, los trabajadores se enfrentan a problemas relacionados con la falta de cumplimiento en los aportes a la obra social y los pagos a la Aseguradora de Riesgos de Trabajo (ART), lo que agrava aún más su situación.
La compleja situación del frigorífico no es única en el sector cárnico, que ya experimentaba dificultades. Aunque el frigorífico intentó retomar su capacidad de producción tras una suspensión anterior de permisos de exportación, nunca logró recuperarse completamente, enfrentando fluctuaciones en el precio del ganado y la pérdida de la zafra Kosher, lo que ha contribuido a la incertidumbre tanto de los trabajadores como de la comunidad local.
Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), ha señalado que la caída del consumo y la falta de competitividad exportadora están afectando a la industria cárnica, resultando en la suspensión de turnos de trabajo y ajustes en los costos. La poca capacidad adquisitiva del consumidor argentino ha limitado el traslado de mayores costos a los precios de la carne, lo que ha llevado a las empresas a ajustar sus costos y recurrir a medidas como la suspensión de turnos de trabajo para hacer frente a la crisis.
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