En diálogo con Telefé Noticias, el médico psiquiatra Gustavo de Vega (MP 9409) explicó que la mayor parte de las complicaciones se presentan en “adultos mayores de 30 años”, quienes llegan a estos medicamentos luego de atravesar situaciones sostenidas de estrés laboral, personal o familiar.
De Vega sostuvo que el problema comienza cuando “la persona aguanta, aguanta y empieza a automedicarse o recibe la indicación de un tranquilizante sin una derivación adecuada a un profesional de salud mental”. Aunque inicialmente los fármacos ayudan a relajar, “terminan formando parte del problema”, señaló.
El especialista explicó que, con el tiempo, estos medicamentos generan tolerancia y obligan a aumentar la dosis para obtener el mismo efecto. Si se combinan con alcohol, el riesgo se multiplica: “Aparecen problemas de memoria, de concentración y un sueño que no es reparador. La persona duerme, pero no descansa”, afirmó.
Como alternativa, recomendó implementar medidas de higiene del sueño, entre ellas: evitar el café, té o mate después de las 18, realizar actividad física, mantener horarios regulares para acostarse, y cenar liviano. Además, insistió en que quienes presenten dificultades para dormir deben consultar a un especialista en sueño y evitar recurrir por cuenta propia a medicamentos.
“Con el tiempo, el insomnio se agrava y el uso indiscriminado de sedantes se transforma en un problema grave”, concluyó.
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