Una serie de violentas intimidaciones ocurridas a comienzos de este año en distintas localidades santafesinas tuvo este miércoles un giro clave.
La Policía de Investigaciones llevó a cabo una decena de allanamientos en Rosario, Villa Gobernador Gálvez, Chabás, Carcarañá, Villa Constitución y Fray Luis Beltrán, que culminaron con siete personas detenidas y requisas dentro de la cárcel de Piñero.
La pesquisa, a cargo del fiscal Pablo Socca, apunta a que los ataques fueron coordinados desde el pabellón 14 del penal por un grupo de reclusos, que utilizaron a personas de su entorno para ejecutar extorsiones a comerciantes, principalmente en Villa Gobernador Gálvez. Entre los arrestados figuran seis mujeres y un hombre, cuya situación procesal se definirá en las próximas horas.
Los operativos estuvieron a cargo de la brigada de Balaceras de la Policía de Investigaciones, con apoyo de otras divisiones de la fuerza. Durante las diligencias también se incautaron elementos vinculados a los hechos delictivos, aunque las autoridades no detallaron aún su contenido.
Uno de los datos que más llamó la atención de los investigadores es que uno de los internos requisados , acusado de ser instigador de algunas de las extorsiones, fue condenado la semana pasada por el mismo delito, a pesar de estar cumpliendo una pena de prisión perpetua por un homicidio cometido en 2016.
Según consta en la investigación, los presos se comunicaban telefónicamente con las víctimas identificándose como miembros de la banda de Ariel “Guille” Cantero, cabecilla de la organización criminal “Los Monos”. Uno de los episodios más escalofriantes ocurrió en Carcarañá, donde una familia que tiene un local comercial recibió una corona fúnebre firmada por la “Familia Cantero”.
Las autoridades no descartan nuevas detenciones en el marco de una causa que vuelve a poner en evidencia cómo, pese al encierro, el crimen organizado logra seguir operando desde las cárceles.
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