En la casa donde creció la rosarina Silvina Luna, ubicada en Garibaldi al 500, los vecinos colgaron un pequeño ramo de flores tras conocerse su fallecimiento. Una vivienda que la familia terminó vendiendo hace cinco años.
En el barrio todos hablaron de una niña muy buena y dulce desde pequeña. También reclamaron justicia por su trágica muerte y por lo doloroso que le tocó transitar desde que empeoró su estado de salud.
"La conozco de chiquita, mi hermana y yo veníamos a jugar a la casa. Era lo más dulce que había en el barrio. La vamos a extrañar un montón y ojalá se haga justicia. Era una nena muy buena, le hacía caso a la madre aunque también hacía sus travesuras", la recordó una vecina.
"Era hincha de Central y hasta último momento fue una guerrera que luchó por su vida. No merecía terminar así. Ahora se va a reencontrar con su mamá Roxana", expresó la vecina de Silvina Luna.
"Era una chica divina. Tenía unos rulos y ojos celestes impresionantes. Cuando pasaba temprano con su mamá a hacer mandados en el barrio, le decíamos «¿no nos regalás un bucle?» Y ella nos decía que no", contó un vecino de Silvina.
La modelo y conductora rosarina cursó sus estudios en la Escuela "Juan Mantovani", de calle Uriburu al 500.
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