El sábado por la noche, cadetes de una reconocida aplicación de delivery realizaron una protesta que se inició en plaza San Martín y se trasladó en caravana con motos y bocinazos por el paseo Pellegrini y algunos otros se concentraron en Pichincha.
El reclamo giró en torno a la exigencia de un incremento en las ganancias por viaje. Sin embargo, la movilización derivó en hechos de violencia: se registraron agresiones entre los propios repartidores, robo de mochilas, pinchaduras de ruedas de bicicletas y destrozos en motos.
Desde la Asociación de Repartidores Independientes de Rosario, su representante, Brandon Catalano, se despegó de la convocatoria: “No tuvimos que ver con esto de pedir el aumento a la aplicación. No hubo asamblea ni votación para realizar este acto. Parece que entre 5 o 6 empezaron estos disturbios. No se sabe si son trabajadores actuales o infiltrados”.
El referente explicó que la situación de los cadetes es compleja porque no existe un único sindicato que los nuclee y las condiciones varían según la aplicación: “El reclamo es muy amplio. Depende del rango de repartidor que seas. Muchos están disconformes. Nosotros estamos registrados, pero no todos trabajamos bajo las mismas condiciones. Hay muchas aplicaciones y cada una funciona distinto”.
Además, aclaró que no existe un reclamo porcentual único de aumento, ya que los ingresos dependen de factores como la puntualidad y la aceptación de viajes. “Los que fueron por las buenas, fueron a acompañar. Pero lo que pasó después no representa a todos los trabajadores”.
La protesta terminó en un clima de tensión, con versiones cruzadas y sin certezas sobre si todos los participantes eran cadetes activos.
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