Este jueves se llevó a cabo la etapa final del proceso de limpieza y remoción de vehículos incautados en el depósito de la Policía de Investigaciones (PDI), ubicado en el predio del Polo Tecnológico de Rosario. El operativo, que comenzó a principios de año, tiene como objetivo liberar espacios ocupados por autos y motos que ya no tienen valor judicial ni posibilidades de reutilización.
La jornada incluyó tareas de compactación y traslado de más de 300 vehículos. De ese total, aproximadamente 100 fueron destruidos en el mismo lugar, mientras que otros 200 fueron derivados a depósitos habilitados para continuar con el reordenamiento.
Matías Figueroa Escauriza, secretario de Gestión del Ministerio de Seguridad, señaló que esta acción forma parte de una estrategia provincial para ordenar los depósitos fiscales. “Cuando asumimos, este predio tenía más de mil vehículos abandonados. Hoy estamos cerrando un proceso clave para liberar el espacio, no solo para mejorar las condiciones del Polo Tecnológico, sino también para avanzar con la instalación de la futura Villa Olímpica”, explicó.
El operativo, coordinado por la Agencia Provincial de Registro, Administración y Destino de Bienes y Derechos Patrimoniales (APRAD), también contempla el traslado de vehículos que están bajo jurisdicción federal y cuya situación judicial aún no ha sido definida.
Martín Doménech, director de APRAD, detalló que el proceso no solo tiene una finalidad organizativa, sino también económica. “La compactación permite recuperar parte del valor de estos vehículos como chatarra. Todo lo recaudado se reinvierte en operativos similares, sin afectar los recursos del Estado ni el bolsillo de los ciudadanos”, afirmó.
Según explicó, los autos pasan por un procedimiento de descontaminación antes de ser reducidos a bloques metálicos que luego se venden a empresas del rubro siderúrgico. También aclaró que solo se compactan vehículos que están en estado de completo abandono o presentan daños estructurales irreparables.
“Es fundamental garantizar que ningún auto peligroso vuelva a circular. Lo que no puede subastarse ni utilizarse, se destruye”, concluyó
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