Este jueves por la tarde, Rosario será escenario de una masiva movilización en defensa de la salud pública y del Hospital Garrahan, como parte de una jornada nacional de protesta que se replicará en todo el país.
La concentración comenzará a las 15:30 frente a la sede local de Pami, ubicada en San Lorenzo 926, desde donde partirá la columna principal rumbo a la plaza 25 de Mayo, en pleno centro de la ciudad. La convocatoria es impulsada por gremios, organizaciones sociales y políticas, bajo la consigna de frenar el desfinanciamiento del sistema de salud.
Desde la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) Rosario, su secretaria general Lorena Almirón confirmó la adhesión al paro de salud en los ámbitos nacional, provincial y municipal, garantizando únicamente la atención de urgencias. “Este jueves habrá paros, movilizaciones, radios abiertas y asambleas en hospitales de todo el país”, señaló.
Un sistema sanitario en crisis
La protesta busca visibilizar la crisis que atraviesa el sistema de salud público, que según denuncian, se agravó bajo las políticas del presidente Javier Milei. “Estamos viendo un vaciamiento alarmante, con sueldos que no alcanzan, paritarias a la baja y una fuga masiva de personal altamente capacitado”, advirtió Almirón. Además, destacó que la convocatoria incluye sectores científicos, tecnológicos y productivos, también golpeados por los recortes presupuestarios.
La situación del Hospital Garrahan
La jornada nacional tiene como uno de sus focos principales el reclamo de los trabajadores del Hospital Garrahan, uno de los centros pediátricos más importantes del país. Norma Lezana, secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos del Garrahan, remarcó: “No vamos a permitir que desmantelen el hospital. Vamos a defenderlo en la calle, junto al pueblo”.
Entre los principales reclamos se denuncian desfinanciamiento sostenido, deterioro salarial, renuncias crecientes y la designación de Mariano Pirozzo como nuevo director médico. La falta de actualización presupuestaria está afectando no solo los salarios sino también la infraestructura y los insumos del hospital.
Los profesionales exigen un salario inicial de 1.800.000 pesos, equivalente a la canasta básica, como medida urgente para frenar la fuga de personal y asegurar una atención digna para miles de pacientes.
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