El cuarto día de los JADAR puso al squash en el centro de la escena. La disciplina, que combina velocidad, reflejos y resistencia, cautivó al público en las canchas vidriadas montadas especialmente para la competencia.
El vicepresidente de la Asociación Argentina de Squash, Juan Pablo García, explicó que se trata de un deporte de alta intensidad, con una cancha de 10 por 7,5 metros y una pelota de goma pequeña que, al calentarse, adquiere mayor pique y velocidad. “Es un juego exigente, rápido, donde el descanso es mínimo: sólo hay 90 segundos entre cada game”, detalló.
Rosario es una de las ciudades con mayor tradición en el país. García recordó a jugadores reconocidos como los hermanos Pezzotta “Rosario ha sido siempre una referencia, con grandes torneos nacionales y figuras destacadas”, señaló.
La velocidad y el contacto dentro de la cancha generan riesgos, pero el reglamento protege a los jugadores. Los juveniles están obligados a usar lentes protectores y los árbitros intervienen cuando hay obstrucciones. “Es un deporte donde hay mucho movimiento y coordinación; parece sencillo desde afuera, pero requiere técnica y mucha preparación física”, explicó García.
Más allá de la competencia, el squash es altamente recomendado como actividad física. “Es un gran deporte para fortalecer el sistema cardiovascular y mejorar la resistencia. Lo recomendamos para todos los que quieran probarlo”, concluyó García, invitando a acercarse a los clubes rosarinos donde se dictan clases.
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