Los tres detenidos en el marco del operativo antidrogas realizado el sábado pasado en un bar de La Florida fueron imputados este martes por distintos delitos vinculados a la venta de estupefacientes y tenencia ilegal de armas de fuego.
Se trata de Walter Javier E. (48 años), Joel Sebastián C. (24) y Joana B. (35), quienes habían sido aprehendidos durante una serie de allanamientos encabezados por la Policía de Investigaciones (PDI) en un bar ubicado en Eudoro Carrasco al 3000, luego de una investigación dirigida por los fiscales Franco Carbone y David Carizza, del Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Durante la audiencia imputativa, la jueza interviniente resolvió dictar prisión preventiva hasta el 18 de febrero para Walter E. y Joel C., mientras que Joana B. recuperó la libertad, aunque deberá cumplir normas de conducta mientras avanza la causa.
El procedimiento se realizó luego de que vecinos denunciaran reiterados disturbios, ruidos molestos y actividades sospechosas en el lugar, que presuntamente funcionaba como punto de venta de drogas. En el operativo, que contó con más de 100 efectivos policiales, se secuestraron 16 armas de fuego, más de 200 municiones y dosis de cocaína y marihuana listas para su comercialización.
De acuerdo con la imputación fiscal, Walter E. tenía 4,5 gramos de cocaína distribuidos en 16 envoltorios, preparados para la venta. En tanto, Joel C. fue acusado por la tenencia de dos rifles de aire comprimido y 17 gramos de flores de marihuana en frascos, además de cuatro revólveres de distintos calibres y 163 municiones halladas en un depósito del bar.

Por su parte, Joana B. fue imputada por tener tres escopetas, una pistola calibre .25, un revólver .44 y 37 municiones en el mismo local.
La Municipalidad de Rosario clausuró el establecimiento por faltas graves, reiteración de denuncias y la gravedad de los delitos constatados, y dispuso el decomiso de los bienes encontrados en el lugar.
Los fiscales Carbone y Carizza destacaron que la investigación continuará para determinar si el bar funcionaba como una pantalla para la comercialización de drogas y acopio de armas en la zona norte de la ciudad.
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