La escena en Ayolas y Laprida fue shockeante en todo sentido. Un hombre de 70 años grave camino al hospital y un delincuente malherido tirado en la vereda y los vecinos conmocionados por lo vivido queriendo linchar al joven.
Al principio todo fue confusión y angustia. El lugar se llenó de policías, médicos y curiosos, mientras se confirmaba que, a la vuelta, también el cómplice había sido detenido.
Al lugar llegó la madre del joven acusado, y angustiada expresó: “Tiene 24 años, vive con su papá, no conmigo. Él va a casa, toma mates, pero sinceramente no sé lo que hace”.
Y aseguró que “busca trabajo todos los días, sale a repartir curriculums y de eso doy fe porque yo se los hago”. Asimismo, sostuvo: “Siento mucha pena y dolor porque no es lo que quiero para mi hijo”, y seguido indicó que su hijo nunca estuvo detenido.
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