Una casa ubicada en Quintana al 1900 fue atacada a balazos en la madrugada del lunes. Al menos cuatro disparos impactaron contra la fachada y una nota fue dejada en el lugar con un mensaje amenazante: “Te damos una semana para que dejes la casa o te matamos”. Oscar, el hombre que vive allí, aseguró que no tiene ninguna relación con el conflicto que motivó el ataque, y denunció haber sido víctima de una compleja estafa por parte de su exesposa.
La situación se remonta a hace aproximadamente un año, cuando, según Oscar, la mujer con la que se casó seis años atrás comenzó a pedir préstamos en su nombre, en el de su hija y también de vecinos y allegados. “Pidió préstamos a un montón de gente”, expresó. La mujer, oriunda de Tucumán, habría utilizado ese dinero para fines personales y se habría fugado sin pagar.
“Llegó gente a mi casa pidiendo que le pagaran las cuotas, yo les dije que no tenía nada que ver, porque ni enterado que sacaba”, relató Oscar. “Sabía que tenía algunos créditos, que yo los pagué con mi plata, y que con eso los fui saldando. Se ve que ella hacía la rueda, yo pagaba, ella sacaba”. Según su testimonio, también involucró a su hermana, a una hijastra, y a más personas cercanas. “Me hizo pelear con mi hijo, con mi hija, con mi nuera, con amigos, con mi hermana. Me manipulaba”.
La mujer desapareció el viernes 25 de abril. Antes de irse, le pidió a Oscar que vendieran el auto para saldar las deudas. “Accedí, lo vendió y se fue con la plata. Se ve que no le pagó a nadie”, explicó. Desde entonces, comenzaron a llegar amenazas. En la madrugada del lunes, dispararon contra el frente de su vivienda y dejaron la nota con el ultimátum.
“La denuncia es por la estafa que hizo, porque yo no tengo nada que ver, por el tiroteo que me hicieron a la madrugada”, sostuvo. “Corro peligro yo, que no tengo nada que ver. En estas cosas no ando”. Actualmente, Oscar está desempleado y bajo custodia policial. “Estoy con miedo, pero pongo el pecho y la cara porque yo no soy el que sacó esos préstamos ni tampoco le dije a ella que los sacara”.
Oscar contó que la mujer dejó de hablarle los últimos días, pasaba horas con el celular y no daba explicaciones. “Durmiendo con el enemigo”, resumió.
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