Rosario volvió a dar una muestra de solidaridad. Este martes por la noche, en el emblemático cruce de bulevar Oroño y avenida Pellegrini, distintas organizaciones sociales y clubes de la ciudad se unieron para montar una “gran mesa solidaria” que desbordó de asistentes.
La convocatoria superó las expectativas: lo que comenzó con la idea de compartir 200 raciones, terminó convirtiéndose en un encuentro multitudinario en el que familias enteras, personas en situación de calle y vecinos de distintos barrios se acercaron para compartir un plato caliente.
La actividad se organizó en el marco del Día de la Solidaridad y contó con la participación de agrupaciones como Rosario Solidaria, Mano Solidaria, Fonbec, Me Llaman Calle, Refugio Sol de Noche, Cáritas y muchas más, además del aporte de los clubes GER, Duendes, Plaza y Jockey, que se encargaron de cocinar y servir los alimentos. A ellos se sumaron voluntarios espontáneos, bomberos, Defensa Civil y el apoyo logístico del municipio y el gobierno provincial.
“Arrancábamos a las 19.30, pero desde una hora antes ya había gente esperando”, relató Guillermina, una de las voluntarias. “Esperábamos unas 200 personas, pero vino mucha más. La gente quiere compartir, quiere sentirse parte de esta mesa. Estamos muy emocionados”.
El evento tuvo también un costado festivo, la banda Los Marios Cumbia se subió al escenario para ponerle música a la noche, que mezcló alegría y preocupación. Porque el clima solidario contrastó con una postal cada vez más común en Rosario: familias enteras que recurren a estas iniciativas para asegurarse la cena. “No es solo gente en situación de calle explicó Guillermina, también vinieron padres con hijos, familias que atraviesan dificultades para llegar a fin de mes”.
La mesa de Oroño y Pellegrini se transformó así en un reflejo de las dos caras de la ciudad, la del compromiso comunitario de cientos de rosarinos que colaboran de manera desinteresada, y la de la necesidad creciente de quienes encuentran en estos espacios una ayuda indispensable.
“No deja de ser una noche, pero representa todo el trabajo que se hace durante la semana en los barrios”, destacó Guillermina. Y recordó que organizaciones como los excombatientes de Malvinas, entre otros, reparten comida todos los días con su tradicional camioncito, convirtiéndose en un sostén fundamental para quienes más lo necesitan.
Los organizadores remarcaron que cualquier ayuda es bienvenida: desde donar tiempo como voluntario hasta acercar alimentos no perecederos como arroz, fideos, lentejas o ropa. “Todo suma y siempre llega a destino. Nos salvamos entre todos”, concluyó Guillermina.
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