Sandra, una vecina de Rosario, vive una situación desesperante. Desde hace más de un año y medio viene denunciando amenazas constantes y ataques armados contra su familia. A pesar de haber recurrido en varias oportunidades al Centro de Justicia Penal, asegura que aún no recibió una respuesta concreta que le brinde protección:
“Me quieren matar a mí, a mi nuera y a los chiquitos”, relató angustiada. Su vivienda muestra las huellas de los ataques en paredes con impactos de bala y daños visibles tras una reciente balacera ocurrida el viernes pasado, alrededor de las 23:15. Además, denunció que otras propiedades de su familia también fueron vandalizadas, incluyendo una casa ubicada en el barrio 7 de Septiembre.
Debido a la creciente inseguridad, Sandra y su familia se vieron obligados a mudarse de forma urgente, aunque hoy no tienen un lugar donde establecerse. “Vaciamos la casa, pero no sabemos adónde ir porque no nos brindan seguridad”, afirmó.
La Justicia, por su parte, indicó que está revisando todas las denuncias presentadas y que tomará medidas al respecto. Sin embargo, la mujer exige una respuesta inmediata: “Todas las amenazas siempre las cumplieron. Necesito que alguien actúe antes de que sea demasiado tarde”.
El caso pone nuevamente en evidencia la situación de vulnerabilidad de muchas familias frente a la violencia armada y la demora en las respuestas judiciales y estatales.
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