El uso de anabólicos y esteroides sin prescripción médica volvió al centro del debate público luego de que la Justicia interrumpiera la cremación del cuerpo de la exboxeadora Alejandra “Locomotora” Oliveras para realizar una autopsia. La medida fue tomada ante la sospecha de que su muerte podría estar vinculada al consumo sostenido de sustancias prohibidas. En ese marco, hablamos con la toxicóloga Silvia Martínez, quien alertó sobre los efectos tóxicos de este tipo de sustancias.
"Los anabólicos son sustancias que tienen hasta uso médico en algunas circunstancias", explicó Martínez. Sin embargo, advirtió que “a veces hay un abuso que se realiza en las personas que entrenan y quieren aumentar la masa muscular, y a veces puede haber una situación de clandestinidad o uso ilícito”.
La autopsia fue solicitada por el Ministerio Público Fiscal de la Nación tras una denuncia del fisicoculturista Aldo Parodi. En el escrito, su defensa apuntó contra un circuito desregulado de venta y uso de esteroides, que afecta especialmente a deportistas y aficionados al entrenamiento físico. La causa invoca normativas nacionales sobre estupefacientes, anabólicos y dopaje en el deporte, y considera que el consumo prolongado de estas sustancias podría haber deteriorado la salud de Oliveras y favorecido la aparición del ACV que desencadenó su muerte.
Según la toxicóloga, este tipo de prácticas es frecuente en entornos competitivos. "Hay una costumbre para las competencias de utilizar o abusar de este tipo de sustancias para aumentar la fuerza, el tamaño de los músculos y así el rendimiento de ciertos competidores", indicó. Además, remarcó que los efectos nocivos se agravan con el tiempo o en personas mayores: “Si se hace un consumo prolongado, el riesgo va a ser mayor” y “si la persona tiene más edad, el riesgo también es mayor porque se le juntan otro tipo de factores”.
Martínez señaló que “el mayor peligro es a nivel cardiovascular” y pidió mayor conciencia por parte de quienes rodean a los deportistas: “La sociedad entera tiene que saberlo, pero fundamentalmente los preparadores físicos, los entrenadores, la gente que trabaja en los gimnasios”. Y concluyó: “Hay que insistir siempre, para que no se olviden, para que lo tengan siempre en cuenta y que no haya un abuso desproporcionado, no controlado”.
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