Una jubilada fue atacada dentro de su propia casa por una mujer a la que consideraba una persona de confianza y con quien solía compartir tardes de charla y mates.
La víctima, Delia, contó que la agresora la visitaba con frecuencia: “me tocaba timbre y me decía que venía a hacerme compañía, tomábamos mates y comíamos facturas”, relató. Pero el gesto de amistad escondía una intención criminal.
La mujer la llevó a la planta alta de la vivienda, la ató con cables y la ahogó con una almohada para reducirla. Además, le ordenó que se encerrara en el baño y no hiciera ruido, y se llevó más de medio millón de pesos.
Delia no presentó heridas de gravedad y la policía trabaja para identificar y detener a la responsable del violento episodio.
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