Iban 40 minutos del primer tiempo y Newell’s ya perdía con Sarmiento en Junín. Los nervios se apoderaban de un equipo sin rumbo, con técnico interino y seis fechas sin ganar.
En una salida desde el área chica, los zagueros leprosos se abrieron hacia los costados para recibir del arquero Macagno. Presionaban los delanteros de Sarmiento sobre la raya del área grande.
En ese momento, en medio de la transmisión de la TV, se escuchó desde el micrófono de la zona de los bancos que alguien le gritó a Mansilla: “¡Pedila nene, pedila cagón!”.
Semejante exabrupto, típico de otros tiempos del fútbol, tuvo su consecuencia futbolística. Macagno abrió hacia la izquierda y Mansilla no llegó a controlarla. Lateral para Sarmiento.
La crisis futbolística de Newell’s también se transmite desde afuera. Y quedó expuesto que el nerviosismo del banco de suplentes no ayuda en absoluto a los futbolistas.
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