Portada  |  06 noviembre 2020

José Hernández: El influencer que amó a Rosario

“La capital en el Rosario haría la prosperidad de la República. La capital es Buenos Aires sin traer grandes beneficios para aquel pueblo, hace la ruina del resto de la Nación”, escribió José Hernández en Julio de 1868 en el Diario La Capital. Militaba la descentralización argentina y promovió que Rosario fuera capital del país. El Martín Fierro nace de sus diferencias con Sarmiento.

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*Por Fabián Scabuzzo

A José Hernández, a quien conocemos por ser el autor del Martín Fierro, le encantaba estar en Rosario, viajaba habitualmente, y también vivió y trabajó en la ciudad. A pesar de haber nacido en Buenos Aires en 1834, en lo que hoy es Villa Ballester, José Hernández se radicó en Paraná, en 1857, y vivió alternativamente en Corrientes, Rosario y Montevideo.

Como leímos al principio de esta nota, colaboró con el diario La Capital, era amigo de su fundador, Ovidio Lagos, con quien compartía el pensamiento federal, y tuvo publicaciones diarias en 1868. También se lo relaciona, como empresario, a un proyecto de “tranway”, a la fundación de la primera biblioteca de la ciudad y a su actividad como procurador.

Según cuenta el historiador rosarino Ernesto del Guesso “En calle Buenos Aires 880 hay una placa recordatoria de su residencia y muy posiblemente haya escrito algunos versos de su famosa obra durante 1872, aparecida a principios de 1873 en Buenos Aires. Rosario le resultó cómoda, cuando venía estaba en familia”.

Su posición contraria al predominio de la ciudad de Buenos Aires en el país le traería muchos problemas, eran épocas con mucha movida política entre unitarios y federales, mientras el país se organizaba, contra las ideas del propio Hernández, fue un luchador por la unidad del país, que Buenos Aires se integre al interior.

 Fue un “influencer” de su tiempo que, a través de su pluma y de sus acciones, provocaba la molestia del poder y defendía a un sector vulnerable de la población: los gauchos.

Hernández veía a los gauchos víctimas del sistema, los “sin tierra” de entonces, sin trabajo y sin salario, propuso darles una parcela de tierra para que puedan construir una vida. Se opuso férreamente a la idea del presidente Domingo F. Sarmiento de reclutar gauchos para ir a luchar a la frontera contra los nativos. La oposición al sanjuanino y el apoyo y participación en La Confederación y las rebeliones gauchas, le costaría su persecución y hasta su exilio en países vecinos. Se cuenta que Sarmiento pidió mil pesos “por su cabeza”. Regresa a Buenos Aires, tras la amnistía de Sarmiento, con el compromiso de no ejercer el periodismo, y allí empieza a escribir las dos partes del Martín Fierro.

“Martín Fierro” y “La vuelta de Martín Fierro” tienen como protagonista al payador Martín, un gaucho que fue obligado a incorporarse al ejército por parte de quienes lo menospreciaban y discriminaban, tanto como al indígena. Deserta para moverse fuera de la ley, como un gaucho matrero.

Un hombre moderno

María Celina Ortale, profesora e investigadora de la Universidad Nacional de la Plata fue coordinadora de la primera edición completa de las obras de José Hernández, que publicó Eduvim, la editorial de la Universidad de Villa María de Córdoba, un trabajo que le permitió ver con amplitud el trabajo intelectual de Hernández, que incluye hasta su labor parlamentaria, ya que fue diputado y senador de Buenos Aires en los últimos años de su vida.

“Hernández fue un gran defensor de los derechos individuales, de la igualdad ante la ley - nos dice - cuando trabajé mirando todo el periodismo de Hernández aparecen cosas muy interesantes,  por ejemplo el tema del indio (..) el promueve la educación del indio y la civilización del Indio través de medios pacíficos, también fue defensor de las Islas Malvinas, tiene un conocido artículos sobre la defensa de las islas Malvinas y la recuperación de la soberanía. Es muy interesante todo sobre los derechos de libre expresión, a mí eso también me llamó muchísimo la atención el es un periodista muy rebelde y dice que el periodismo está para oponer al poder, al gobierno, para señalar los errores del gobierno. Él todo el tiempo defiende su posición como escritor independiente,  al  que nadie le baja línea editorial (...) él cree en la libertad de prensa, y en la expresión sin censura,  fue un periodista y escritor modernísimo para su tiempo”.

El Martín Fierro y la grieta

En 1872 Hernández escribe el Martín Fierro como reivindicación a este sector de la sociedad argentina en contra del sentimiento “antigaucho” tras las polémicas definiciones de Sarmiento quien consideraba al gaucho parte del atraso del país, lo opuesto a la prosperidad de las ciudades. La civilización y barbarie que el sanjuanino relató en su “Facundo” (1845).

Para Leopoldo Lugones fue una obra tosca pero valiosa: “Todo cuanto exprese claramente la verdad y produzca nobles emociones, sea ocurrecida de rústico o invención de artista, está bien dicho, aunque viole las reglas. Todo aquello que engendre emociones nobles y que se hace entender bien, es obra bella".

Tomás Eloy Martínez avanza sobre Lugones y escribe en una columna de La Nación: “El primer libro canonizado fue Martín Fierro, al que Ricardo Rojas y Leopoldo Lugones compararon con el Mio Cid y la Chanson de Roland. Lugones quería elegir un texto que, además de su importancia literaria, tuviera un valor patriótico instrumental y expresara "la vida heroica de la raza" o las esencias argentinas amenazadas por los aluviones migratorios. Ese fue el objetivo de las seis conferencias que dictó en el teatro Odeón, a mediados de junio de 1913, a las que asistieron todos los que eran algo o alguien en Buenos Aires, incluyendo a Roque Sáenz Peña, presidente de la República. La cultura, en esos tiempos (y no la economía, que andaba sola), era el punto de inflexión para entender el país, el elemento que permitía tomar conciencia de quiénes o qué éramos”.

Jorge Luis Borges responsabiliza al Martín Fierro de las ideas del peronismo, que surgiría más de 70 años después de publicarse: “En lo que se refiere a nosotros, pienso que nuestra historia sería otra, y sería mejor, si hubiéramos elegido, a partir de este siglo, el Facundo y no el Martín Fierro".  ¿Habrá empezado la grieta en esos tiempos? Ambas obras de la literatura argentina también representan dos modelos de país.

Pero Borges también rescata al inmenso poema y su perdurable existencia: "Expresar hombres que las futuras generaciones no querrán olvidar es uno de los fines del arte; José Hernández lo ha logrado con plenitud”.

Día de la Tradición

Cada 10 de noviembre se celebra en la Argentina el “Día de la Tradición”, se recuerda el día del nacimiento de José Hernández (1834 - 1886). Una fecha promovida inicialmente en la Provincia de Buenos Aires en 1939 y que es celebración nacional desde 1975.

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