Portada  |  05 diciembre 2020

Los “reborn": bebés que nunca crecen

Los “reborn” son muñecos hiperrealistas, se elaboran en Argentina en forma artesanal. Si bien son juguetes que maravillan a las niñas, muchas mujeres los “adoptan” para llenar un vacío en sus vidas. Desde la psicología advierten que, en esos casos, podrían tener un efecto contrario.

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*Por Fabián Scabuzzo

Sí. Impresionan. Parecen bebés de verdad, tienen todos los detalles, los pliegues de la piel, los cachetes sonrojados, los ojos brillantes….son muñecos perfectos, los más avanzados, y caros,  tienen al tacto la suavidad de la piel y hasta el peso real de un bebé. Suelen estar vestidos con ropas reales, en cunas, con juguetes y sonajeros, en una escena sorprendente. Sin signos de vida, estos pequeños me remiten a la genial Blade Runner y sus seres artificiales, los replicantes, en este caso reborns. 

Si bien son juguetes que muchas niñas desean,  las redes sociales están visibilizando cada vez más a mujeres adultas que muestran su vida y sus rutinas junto a un reborn: le dan su biberón, los bañan, los cambian y les cantan el arrorró cuando los depositan suavemente en sus cunas, y hasta los sacan de paseo.

 

Según se cuenta su origen se remonta a Alemania, en la segunda Guerra Mundial, ante la escasez de medios, las madres se vieron obligadas a rehacer y redecorar las muñecas de sus hijas para que parecieran nuevas, “renaciéndolas” y apostando a que parezcan bebés reales.

En los 90 se reinventan en EE.UU. y desde entonces hay fábricas de kits que, asesorados por escultores y artistas, venden las partes y moldes del muñeco. Con estos componentes de vinilo y silicona artesanos especializados, como las consultadas en esta nota, le suman los detalles de pintura y pelos, lágrimas y uñitas, que les permiten llegan a resultados increíbles. En Mercado Libre llegan a costar entre 20 mil y medio millón de pesos.

Quienes lo confeccionan insisten en que el producto terminado es una obra de arte y su valor está relacionado con el exhaustivo trabajo que poseen en donde se utilizan los mejores materiales importados que, a precio dólar, inciden sobre el precio final. Además no hay dos reborn iguales.

 

Beatriz Baer es de Bell Ville, Córdoba, que desde hace un tiempo elabora artesanalmente bebés reborn desde su emprendimiento “Mi pequeño mundo reborn” : “Llevan más de 30 capas de pintura horneada en horno de convección cada una de ellos hasta lograr la similitud de la piel ,con sus manchitas, venas, rojeces angiomas, en fin, detalles que lo hacen más real. Como si fuese un bebé realmente “, Beatriz también cuenta entusiasmada cómo se coloca la cabellera y las pestañas, pelo por pelo, el uso de ojos de cristal y el detalle de las uñas, todo elaborado con sumo realismo.

Mucho más que un juguete

También hablamos con Luciana Hidalgo que desde su local en Venado Tuerto, Todo Lindo, “Trabajo con niñas, coleccionistas, personas con tratamientos terapéuticos de diferentes patologías por ejemplo personas con Alzheimer, terapias de pareja,  personas que sufrieron pérdidas de sus bebés, entre otros. Realmente estos muñecos generan muchos efectos positivos en estos pacientes. También trabajo para novelas y películas,  por ejemplo la novela Pequeña Victoria, que se transmitió por Telefe . Y actualmente estoy trabajando para un nuevo proyecto televisivo”.

“En mi caso – agrega Beatriz - he donado un reborn para un hogar de ancianas, que estaban enfermas con Alzheimer,  las que tuvieron una mejoría mientras los cuidaban, vestía,  animaban ,en fin esta enfermedad sabemos lo que trae aparejado. Y les hace bien a las nonas. También se usan en hospitales para la enseñanza a estudiantes, para operaciones de hernias, de ombligo,  para que sepa el estudiante cómo manipular un bebé. Se usan para enseñar a padres primerizos cambiar los pañales y el modo de manipular al recién nacido y hay personas mayores que lo adquieren para mantener el recuerdo de sus niños,  madres que perdieron un hijo y los adquieren como terapia, para descargar en estos bebés las atenciones que hubieran dado a su propio bebé”.

A los clientes que reciben mis bebés los conozco muy bien – cuenta Luciana -  conozco cada una sus reacciones, tengo mucho contacto con ellos y con todo su entorno. De hecho tengo una clienta que tiene retraso madurativo y cada uno de los muñecos que le envío los recibe con alegría inmensa y lo espera con mucha emoción. En muchos casos tengo clientas que no pueden tener hijos y otras que han perdido y otras que recurren a mis creaciones como experiencias previas a la maternidad". 

Confiesa Beatriz que Hay personas que se impresionan al verlos, ya  que son tan reales, eso queda en cada uno en cada sentir, y en saber valorar lo que es una obra de arte”, por su parte Luciana admite: “Me ha pasado que muchos conocidos, muchas personas, al primer contacto les causa mucha impresión,  y otros se han acostumbrado,  incluso muchos de ellos le ha causado curiosidad sostenerlos, ya que el peso y el movimiento de su cuerpo se les hace muy real al tacto. Siempre la primera expresión es parece un bebé de verdad”.

La mirada psicológica

Pero ¿qué hace que una persona que perdió un hijo utilice estos muñecos como una forma de aliviar el dolor? Consultamos a la psicóloga humanista Gloria Bredice:Cualquiera que de alguna manera se conecta con los sentidos con estos muñecos, puede hacer la distinción, es un objeto y no una persona real o un ser vivo. Lo saben hasta los niños y juegan con los muñecos en el mundo del pensamiento imaginario, simbólico, representativo… los adultos que los utilicen y le atribuyan el papel o el rol de un bebé en la familia, o como un hijo, evidentemente, se tratará de una subjetividad que está alterando la realidadY lo califica “como un trastorno de tipo psicótico, la persona no puede distinguir,  va por encima de los hechos constatables por los sentidos,  y su realidad es una representación imaginaria”.

“Desde  mi punto de vista la terapia está hecha para que la persona logre adaptarse a la vida y superar sus traumas, o los hechos trágicos que pueda haber vivido, es fomentar su capacidad de resiliencia,  y poder vivir  conectándose ampliamente con la experiencia de la vida. Esto sería exactamente hacer lo contrario:  porque no le estaríamos dando algo para que se conecte con su resiliencia, su superación, de un duelo de la pérdida de un hijo, o la aceptación de no haber tenido hijos, la vida es mucho más que simplemente haber tenido hijos.  Entonces en ese sentido estaríamos como psicólogos fomentando  su trauma, su bloqueo,  y aceptando su representación imaginaria”.

Por último La profesional no descarta que haya psicólogos, o líneas terapéuticas con terapias muy concretas que los puedan utilizar, pero apuesta a que es necesario desarrollar el potencial humano, más allá de lo material, con los recursos y las posibilidades que tenemos.

 

 

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