Alejo tenía 20 años y trabajaba como barbero en una habitación que su familia le había acondicionado para que pudiera emprender en el barrio. El viernes por la noche, entre las 21 y las 21:30, fue brutalmente asesinado. Su padre lo halló sin vida, con el cráneo fracturado y varias heridas cortantes en el cuello. "Lo encontré todo ensangrentado, frío, tirado boca abajo. Quise levantarlo, pero ya sabía que estaba muerto", relató Fabián, visiblemente conmocionado.
La familia aseguró que no faltaba nada en el lugar y que todo estaba limpio y ordenado. El joven se manejaba exclusivamente con turnos y solía atender a conocidos. Esa noche, según sus allegados, solo quedaban dos citas pendientes: un sobrino y otra persona que no fue identificada. Sospechan que el asesino fue quien pidió ese último turno.
"Trabajaba todo el día, juntaba plata para pagar cursos de inglés, natación, el curso de piloto. Solo quería salir adelante", contó Graciela, su mamá. El entorno descartó vínculos con personas violentas y señaló que Alejo no tenía enemigos. La única pista es su telefono, que usaba para agendar turnos y que hasta ahora no fue hallado.
A días del crimen, la familia insiste con un pedido desesperado de justicia. Piden que cualquier persona que tenga datos, haya visto algo o cuente con una cámara en la zona, se comunique de forma inmediata. La fiscalía ya trabaja con el material disponible y la familia compartió sus números en redes sociales: 3412019351 (mamá) y 3412019306 (papá). También habilitaron la cuenta "Justicia por Alejo" para centralizar la información y facilitar el contacto con testigos.
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