Portada  |  16 noviembre 2022

Leo Messi: la historia de sus inicios contada por su primer entrenador en Newell’s

A los 7 años llegó al predio de Malvinas para disputar como invitado un torneo de verano bajo las órdenes del profesor Gabriel Digerolamo y allí se quedó, hasta que se fue a Barcelona. Desde esa época la comparación con Maradona era inevitable.

Rosario y la región

Lionel Messi debutó en el fútbol profesional el 16 de octubre de 2004 en Barcelona cuando el técnico holandés Frank Rijkaard lo hizo ingresar al campo de juego en un duelo ante el Espanyol, en el Estadio Olímpico Lluís Companys. Era el minuto 82 del partido, el rosarino tenía por entonces 17 años, 3 meses y 22 días e iniciaba así su presentación oficial con la camiseta azulgrana.

Pero antes de que llegara a ser el astro del balompié mundial, Leo recorrió un largo camino que comenzó a los 4 años en el Club Abanderado Grandoli, para luego ingresar a la escuela de fútbol infantil Malvinas Argentinas, de Newell’s Old Boys.

Aunque hay muchas historias que rodean los primeros pasos de Messi, lo cierto que en el club del Parque Independencia su primer profe fue Gabriel Digerolamo, quien lo dirigió gran parte de su infancia y lo acompañó en sus inicios en la competencia.

En la actualidad, Digerolamo es uno de los kinesiólogos más prestigiosos del país y se mantuvo desde entonces directamente vinculado con el fútbol a través de su profesión con jugadores y equipos de primera división, así como deportistas de élite y de alto rendimiento.

“Leo llegó en el 94 con 7 años, yo ya era profe en el Malvinas y vino para disputar un torneo de verano desde la zona sur de Rosario. Regalaban una bicicleta para cada jugador. Llegó como invitado porque ya lo tenían visto que era bueno”, contó Digerolamo a Telefe Rosario, después de décadas de atesorar sus recuerdos.

Para ese torneo, Digerolamo tenía la orden del entrenador Claudio Vivas de armar la categoría 87. Entonces lo sumó a Messi, que se incorporó a ese grupo pero únicamente para esa competencia. “Ahí Leo se hace de muchos amigos, sumado a que el equipo funcionaba bien, sus compañeros tenían buena calidad técnica para acompañarlo y además como él era de Newell’s decidió incorporarse al club”, contó.

A partir de ese momento Leo formó parte del equipo en las infantiles rojinegras hasta que se fue a España. “Lo dirigí en el 95 y en el 96 vamos a un torneo a Perú, donde ganamos el Cantolao, en Lima. Lógicamente que a cada cancha que iba a jugar la atracción era él, como si fuese un profesional: iban todos a verlo. Los padres de otras categorías o clubes se acercaban a la cancha en el horario que jugaba para disfrutar de lo que hacía en los partidos”, recordó su primer entrenador.

¿Pero qué lo hacía diferente a este niño del resto de sus compañeros? Para Digerolamo, “tenía ya desde esa edad todas las condiciones técnicas que te puedas imaginar, similares a las de un jugador de primera división y obviamente comenzaba a surgir la comparación con Maradona, que todavía no se había retirado e incluso participamos de la presentación del 10 en el club y de un entrenamiento junto con él”.

“Messi desde chico estaba dotado de un técnica y coordinación fina que les permitía gambetear a cuanto rival se le pusiera enfrente, sabiendo qué hacer en cada acción que se le presentaba. Es increíble lo que era como jugador de chiquito, que no deja de ser el reflejo de lo que es hoy de grande”, se emocionó.

“Siempre quería ganar en todo, un día invité a todo el equipo a la pileta de mi casa en General Lagos e hicimos una competencia entre los chicos, que terminó ganando él y al momento de elegir un premio de los que yo tenía de mi época de jugador, el pícaro eligió el mejor y se lo tuve que dar”, concluyó con una sonrisa.

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