Luego de que se confirmara la prisión preventiva para Damián Reifenstuel, el último de los acusados por el crimen de Ivana Garcilazo, su hermana, Silvina, expresó su decepción por no poder presenciar al acusado de forma presencial. “Lamentablemente lo vimos atrás de una pantalla”, expresó en referencia a la modalidad virtual del procedimiento.
Silvina sostuvo que la actitud de Reifenstuel no mostró señales de remordimiento: “No veo arrepentimiento ni tristeza en su cara. No le creo nada”.
Sobre el desarrollo de la causa, remarcó que hay evidencia clara de lo ocurrido. “Hay muchos testigos. Los tres son culpables, los tres tiraron piedras”, afirmó. En ese sentido, Silvina apuntó con dureza contra la estrategia de la defensa, que intentó suavizar la responsabilidad de Reifenstuel al describirlo como “una buena persona”.
“A Ivana la odiaron por ser de Central y por ser mujer. Había un montón de hombres y le tiraron a ella”, confirmó Silvina.
A casi dos años del asesinato, el dolor sigue intacto para la familia Garcilazo. “A nososotros nos mataron en vida”, expresó Silvina. La búsqueda de justicia fue también una lucha personal. “Dejé mi vida para encontrarlo”, agregó.
El camino hasta lograr que el último prófugo enfrentara a la Justicia implicó meses de reclamos, marchas, difusión pública y acompañamiento constante del proceso judicial. Hoy, con los tres acusados ya identificados, detenidos y formalmente acusados, la causa avanza hacia su tramo final.
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