A la mujer como consecuencia de las complicaciones derivadas de un embarazo que no logró llegar a término, le fue extirpado el útero, motivo por el cual la única alternativa para procrear de ella y su pareja, era la gestación por sustitución.
El Tribunal de Familia Nº 4 había autorizado la práctica y declaró la inconstitucionalidad del artículo del Código Civil y Comercial que dispone que el nacido como consecuencia de la práctica será hijo de quien lo dé a luz. Resolvió que será inscripto por la pareja que solicitó la autorización de la gestación por sustitución junto a la gestante.
Además, el Tribunal sostuvo que “un aspecto particular de la vida privada, es el derecho a fundar una familia. Todas las personas tienen derecho a formar una familia, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión”.
Por tal motivo, se autorizó la implantación de embriones logrados con los gametos de la pareja en el útero de la hermana de la mujer. En Argentina hay muchas personas que recurren a este tipo de tratamientos que cada día se generaliza más.
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