Portada  |  27 junio 2025

Un policía fue condenado por graves irregularidades y pedido de soborno durante operativos

La Justicia busca sentar un precedente frente a prácticas irregulares dentro de las fuerzas de seguridad.

Rosario y la región

Rodrigo Ramírez, un suboficial de 23 años que integraba la Brigada Motorizada, fue condenado a tres años de prisión condicional tras admitir su responsabilidad en múltiples delitos cometidos durante procedimientos policiales.

El fallo fue homologado este jueves por el juez Carlos Leiva, quien además le impuso al acusado una inhabilitación para ejercer cargos públicos y el pago de una multa de 4 millones de pesos, que deberá abonar en 36 cuotas.

Según la acusación presentada por el fiscal Pablo Socca, Ramírez participó en operativos en los que se detectaron numerosas irregularidades, entre ellas falsificación de documentos, omisión de denuncia, privación ilegítima de la libertad y cohecho, es decir, el pedido de sobornos.


Los hechos ocurrieron en julio del año pasado, cuando un grupo de efectivos, entre ellos Ramírez, Jesús Soria, Lucila B. y Dylan Pérez comenzaron a custodiar una vivienda baleada en Castagnino al 1200. Allí, Soria entabló una relación con Sandra Álvarez, una vendedora de drogas que había sido víctima de la balacera, y la utilizó como informante para montar operativos con información previamente pactada.


Uno de los episodios más graves ocurrió el 18 de noviembre, cuando Álvarez advirtió que un hombre apodado "Rana" quería vender dos pistolas con municiones. A partir de esa información, Pérez se hizo pasar por comprador para acordar una entrega en la zona de Fournier y Antequera. Durante el encuentro, Ramírez y el resto del grupo detuvieron al supuesto vendedor y a otra persona que lo acompañaba. Sin embargo, se quedaron con las armas y exigieron dos millones de pesos a cambio de liberarlos.

Pese a lo sucedido, el procedimiento fue falsamente informado: se reportó solo la detención de un individuo y la incautación de una sola pistola.

Las escuchas telefónicas incluidas en la investigación revelaron el grado de manipulación de los hechos. En una conversación con Álvarez, Soria relató “Lo dejé libre y metí en cana al otro. Aunque nos hicimos amiguitos. A ver si el loco se pone la 10 con nosotros y nos tira alguna data. Ya le dije dónde vive, cómo se llama, qué auto tiene, todo. Por lo menos en pelotudo no se va a poner”.

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