La historia de Bauti, un niño con parálisis cerebral, moviliza corazones en Rosario, Alvear y más allá. Su familia lanzó una campaña solidaria con el objetivo de vender 3.000 mates personalizados para recaudar fondos que les permitan acceder a un tratamiento en México que podría mejorar significativamente su calidad de vida.
El viaje ya tiene fecha: el 7 de octubre partirán desde Ezeiza rumbo a México, donde Bauti será tratado al día siguiente. La familia ya consiguió cubrir el costo de los pasajes, pero aún restan reunir 25 millones de pesos para pagar el tratamiento y solventar la estadía durante un mes.
Hasta el momento, lograron vender mil mates y recaudar cerca de 20 millones de pesos. “Estamos trabajando muchísimo, recorriendo ferias, participando de expos y organizando actividades todos los fines de semana. La gente nos está apoyando un montón”, cuenta Vicky, la mamá de Bauti, quien agradece profundamente cada gesto de solidaridad.
La campaña incluye la venta de mates grabados con la leyenda “Todos por Bauti” y también suma otras iniciativas, como un bingo solidario que se realizará el 14 de agosto en el Club Peñarol de Alvear, con el apoyo de la comuna local. También se organizarán cortes de pelo a beneficio en Villa Constitución, gracias a peluqueros solidarios que se sumaron a la causa.
El alias para colaborar es "3000matesxBauti" y el número de contacto para más información es 341 300 0007. Además, cada sábado, domingo y feriado, la familia está presente en los Silos Davis vendiendo mates y otros productos donados.
Vicky asegura que el tratamiento ofrece esperanzas reales. “Hay casos de chicos que mostraron grandes avances. Bauti es muy activo, y eso nos ilusiona con un cambio importante”, expresó. También señaló que forma parte de un grupo de 32 mamás de todo el país que están en contacto permanente, compartiendo información, experiencias y contención ante el desafío de viajar al exterior por una oportunidad de vida para sus hijos.
Aunque el pequeño Bauti aún no dimensiona del todo lo que representa el viaje, su familia tiene la fe intacta. “Ojalá ya notemos un cambio en el avión de vuelta”, dice Vicky con una sonrisa cargada de emoción y esperanza.
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