Lo que comenzó como una jornada familiar terminó de la peor manera. El pasado domingo, el clásico entre Beltrán Fútbol Club y Sargento Cabral en el estadio municipal de Fray Luis Beltrán finalizó con graves incidentes dentro del campo de juego, lo que llevó a la inhabilitación preventiva del predio.
Tras el final del partido, que terminó con la victoria de Beltrán por 2 a 1, se desató una pelea generalizada entre jugadores y simpatizantes de ambos equipos. La policía debió intervenir con disparos de bala de goma al aire para disuadir los enfrentamientos, generando momentos de tensión y pánico entre las familias presentes.
Juan Pablo Rosso, integrante de la Subsecretaría de Deportes del municipio, explicó que "la clausura es consecuencia directa de los hechos ocurridos. Ya tuvimos un informe preliminar del comisario local que recomendó la inhabilitación del estadio. Es una pena, porque habíamos tomado los recaudos necesarios antes del partido, con reuniones previas junto a la liga, la policía y las comisiones de ambos clubes”, señaló.
La decisión afecta principalmente a los equipos de primera y reserva, que no podrán disputar allí sus partidos como local. Sin embargo, las actividades de entrenamiento y los partidos de divisiones infantiles podrán continuar desarrollándose con normalidad en el mismo predio.
“Nos duele porque esto es un lugar al que las familias vienen todos los domingos. Muchos vinieron con sus hijos y se asustaron cuando escucharon los disparos de goma, aunque fueron al aire y no hubo heridos”, lamentó Rosso. Además, destacó que el partido venía desarrollándose con normalidad hasta el final, con una terna arbitral que actuó correctamente y un comportamiento aceptable por parte del público durante el encuentro.
Consultado sobre la conflictividad de la liga, Rosso respondió “El clásico anterior, hace tres meses, terminó sin problemas. No sabemos por qué esta vez se desmadró todo en el final. Acá nos conocemos todos. Hoy una familia está con Beltrán y mañana con Cabral. Que pase esto es muy triste”.
Las sanciones definitivas para los clubes se conocerán en los próximos días, una vez que la Liga Sanlorencina emita su informe oficial. Mientras tanto, el estadio permanecerá inhabilitado para encuentros oficiales, a la espera de posibles medidas de seguridad adicionales y un replanteo organizativo.
“Vamos a tener una nueva reunión con todas las partes para analizar qué falló y cómo evitar que esto vuelva a pasar”, concluyó Rosso, con el objetivo de devolverle al fútbol local el clima de fiesta y convivencia que esta vez se vio frustrado.
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